Empresas de consumo estiman que un cambio en el etiquetado nutrimental de los productos les requerirá una inversión estimada de 5 mil millones de pesos más inflación.
“Hace tres años que se terminó de implementar nos costó 5 mil millones de pesos, pero ese no es el problema, porque también mucho se ha dicho que la industria se opone al cambio porque no quiere asumir costos, nos costaría más o menos igual, más la inflación”, afirmó en conferencia Lorena Cerdán, directora del Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (ConMéxico).
Agregó que el 75 por ciento del monto correría a cargo de las Pymes, quienes de igual manera fueron las que más se vieron presionadas en 2014, cuando entró el actual etiquetado.
“No tenemos, como economía, la necesidad de estar auto generándonos baches económicos y menos en el contexto en el que estamos, se está perdiendo lo más con lo menos, pierdes la oportunidad de orientar y educar, le genera un bache a la economía tal vez coyuntural pero totalmente innecesario, y una política de largo plazo que ha demostrado que fracasa”, apuntó Cerdán.
Este año se presentó una iniciativa en la Cámara de diputados para poner sellos de advertencia cuando los productos tengan un alto contenido de grasas, azúcares, sodio, o dependiendo el caso, lo que sustituirá la información nutrimental que existe actualmente en los empaques.
El sello de advertencia sería como el que se implementó en Chile desde hace tres años, donde a pesar de la implementación la obesidad siguió en aumento.
Cerdán consideró que el sello de advertencia no describe al producto como tal, no reconoce el tamaño de la porción, no permite comparar entre productos similares, y elimina el derecho de reconocer la información.
Mencionó que incluso el 70 por ciento de los productos ofertados por Segalmex tendrían al menos un sello de advertencia.
“No nos oponemos al concepto de advertencia como tal, el problema está en los detalles, te advierto sobre algo pero no cómo eliges”, declaró la directora.
ConMéxico que integra a empresas como Alpura, Coca-Cola México, Bimbo, Gruma, La Moderna, Herdez, entre otras, sin tener una propuesta en forma sobre cómo debería físicamente el etiquetado, pide que se considere que se integre información del producto tal como es, distinga entre porciones, y pueda ser utilizado para comparar.
Agregó que incluso no se está considerando la tecnología pues podría ponerse un código con lectura de celular, donde se brinde mayor información.
Sin estar en contra de un nuevo etiquetado declaró que sería conveniente también evaluar los avances del etiquetado nutrimental vigente.
De acuerdo con la Ensanut 2016, el 75 por ciento de la población consulta algo en el etiquetado nutrimental, y 4 de cada 10 consumidores le entiende a algo.
Se estima que en los próximos 10 días el proyecto de norma del nuevo etiquetado sea puesto a consulta pública.
