El derecho venezolano admite que recibió una lluvia de mensajes, se confesó abrumado por la enorme demostración de afecto que le diera el público en su despedida de Seattle y dio las gracias por el largo viaje de 15 temporadas allí
Por Ignacio Serrano
ElEmergente.com
Félix Hernández todavía tenía los ojos húmedos cuando habló de su futuro, luego del clamoroso adiós que le brindó la ciudad de Seattle y la fanaticada de los Marineros, el jueves.
“No me retiro”, dijo el derecho venezolano. “Quiero competir allá afuera”.
Hernández termina su relación contractual este domingo con el único equipo que ha defendido toda su vida. Por eso, porque no se espera que le ofrezcan una extensión, ante los tres años a la baja que ha sufrido, todos asistieron al T-Mobile Park, otrora el Safeco Field, para tributar al Rey, el pitcher con mejores números en la historia de la franquicia.
“Le doy gracias a la gente, fueron extraordinarios”, señaló. “La Corte es la mejor sección del beisbol. Hoy rockearon”.
Un periodista preguntó al nativo de Valencia si había llorado mucho en la jornada. El diestro ofreció un relato emotivo, con giros divertidos, durante la rueda de prensa transmitida por MLB Network.
“¿Qué si lloré mucho? ¿Cuándo? ¿Ahora mismo?”, comenzó. “La última fue ahorita, al hablar con mi hermano (Moisés, ex serpentinero de la misma escuadra, ahora coach en las Ligas Menores). Al terminar el juego me encontré con más de 40 mensajes de texto en el teléfono, más de 30 directos de Instagram. No sé cómo voy a responderle a tanta gente”.
“Cuando empecé a caminar al bullpen, antes del encuentro, sentí las lágrimas en mis ojos”, prosiguió. “Y me dije: ‘Ahora no. Ahora no’. La verdad es que todo fue muy emocionante. Todo el choque fue grandioso”.
Admitió que salió a “tratar de ponchar a todo el mundo”, para firmar una despedida con estilo.
“Creo que por eso me metí en problemas los dos primeros innings”, admitió. “Después de eso, me quité las presiones y traté de lanzar en las esquinas”. El resultado no pudo ser mejor, porque trabajó en blanco a partir del tercer acto y hasta su marcha hacia el clubhouse.
Saludó a la gente por su apoyo, por los miles de carteles alusivos a su carrera, a su huella en la ciudad, en el equipo.
“Agradezco a esta organización, que me dio la oportunidad cuando tenía solamente 16 años de edad”, dijo. “Adoro este equipo, a mis compañeros, a la gente. Por eso siempre he llamado a esta mi casa. Este es mi hogar”.
