El año 1980 fue el más sangriento de la ya de por sí sangrienta historia de ETA. Ese año, la banda terrorista acabó con la vida de 98 personas, dejó heridas a más de 430 y secuestró a 22 ciudadanos. Entre el 5 de enero y el 11 de diciembre, los terroristas asesinaron a guardias civiles, policías, militares, políticos, empresarios, civiles... y entre todos ellos, un niño de 13 años. Un negro año que el director de cine Iñaki Arteta plasmó en el documental «1980: España bajo el terror de ETA». En él, no sólo abordó la actividad asesina de los terroristas, sino también el silencio impuesto por la sociedad vasca y el aislamiento sufrido por las víctimas. Una cinta que sirvió –y sirve– para dar voz y no olvidar una parte de la historia que muchos quieren blanquear. Por ello ha sido elegida por el Instituto de Seguridad y Cultura para abrir, el próximo día 30, un ciclo de cine en el que el terrorismo etarra es el protagonista de una forma u otra.