Después de un merecido descanso de verano volvemos con el análisis social de lo que sucede en nuestra querida ciudad de Monterrey.
En esta semana que terminó sufrimos una agresión inmerecida cuando una de las figuras empresariales más apreciadas por los regiomontanos fue utilizada para preparar el encumbramiento de los sobrevivientes del movimiento guerrillero Liga Comunista 23 de septiembre.
El hecho tuvo muchos reclamos, por un lado está este obscuro personaje, Salmerón, que califica de valientes a unos guerrilleros. Es como si hoy le llamáramos valientes a los sicarios de los grupos de narcotraficantes.
Pues no. Los regiomontanos nunca lo haremos, nunca llamaremos valientes a esas personas, y los mexicanos tampoco lo harán.
Sin embargo este sujeto Salmerón, historiador de ocupación, si se atreve y además le es imposible, en su mente de historiador, darse cuenta que cometió un error. Porque para él no existe tal error, para el si son valientes esos guerrilleros de la liga comunista 23 de septiembre.
Pero bueno, días después se descubre el pastel.
Resulta que estaba programada la entrega del Premio Nacional Carlos Montemayor a los sobrevivientes de la Liga Comunista 23 de Septiembre, como una manera de reivindicación de este movimiento guerrillero.
El premio les fue entregado en la expresidencia oficial de los Pinos.
Entonces se antoja pensar que este señor tenía la consigna de tentarle el agua a los camotes, a ver cómo podría reaccionar la opinión pública a la entrega de este premio a un grupo de guerrilleros.
La jugada les salió muy bien.
Los empresarios y otros muchos grupos sociales de la región norteña, exigieron la renuncia del flamante Director del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INAEHRM) por su desliz contra el prócer Don Eugenio.
A regañadientes Salmerón presento la renuncia, misma que le fue aceptada, pero no se retractó de sus decires. Como un guerrillero más se solidarizó con los de la liga comunista 23 de septiembre.
Y como se satisfizo la demanda social, bueno pues, ya nadie repelo por el premio otorgado a estos señores que en su juventud se atrevieron a amenazar y tomar la vida de muchos mexicanos inocentes.
Defenderemos hasta la muerte su derecho de creer y expresar sus ideas, pero no aceptaremos jamás que priven de la vida o de la libertad a personas inocentes, por no comulgar con sus ideas. Por ello la Liga Comunista 23 de septiembre siempre será proscrita, siempre será rechazada por los mexicanos. Como también rechazamos que se les haya otorgado este premio e los sobrevivientes de este movimiento guerrillero.
El valor más preciado de los seres humanos, en el mundo, es su libertad. Y nuestra constitución lo consigna y lo defiende.
Libertad de pensar, de expresar sus ideas, de escribir, de tener un trabajo remunerado, de agrupación, de tener una vocación religiosa, de votar, de estudiar, de descansar, de circular a cualquier hora del día o de la noche, en suma: ser libre.
Y nadie tiene derecho de coartar esa libertad, sino es por orden de un juez. Así está escrito.
Por eso el clamor que surgió en favor del honor que representa la figura de Don Eugenio Garza Sada.
Por eso tantas cartas y mensajes en todos los medios pidiendo que este sujeto renuncie. Porque no estamos de acuerdo en que se compare a estos guerrilleros, destructores de la libertad, con un hombre que solo hizo cosas buenas por la ciudad y sus coterráneos. Cosas que trascendieron nuestra geografía y que ahora son orgullo nacional.
Hasta la próxima.
El autor es experto en comunicación corporativa y situaciones de crisis. Cuenta con un MBA del ITESM .
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