“Lo volveremos a hacer”. Así de contundente se mostró Quim Torra, en un desayuno informativo en Madrid el pasado 5 de septiembre, al referirse a la reacción de la Generalitat y de los catalanes ante una sentencia condenatoria para los procesados por el 1-O. Esa amenaza, recogida por el president de plataformas independentistas como Òmnium, no ha gustado, en absoluto, a ERC.
En Esquerra, de hecho, rechazan, “absolutamente”, apoyar el tsunami independentista que alienta Torra una vez conocida la sentencia del 1-O: “Nosotros apostamos por buscar soluciones, no crearnos problemas que ya hemos vivido”.
El autor de estas palabras, un alto cargo del Govern perteneciente a ERC, deja a las claras la posición del partido respecto a la nueva amenaza de Torra: “¿De verdad quiere volverlo a hacer? ¿Y tan mal como hace dos años?”, se pregunta.
Desde Esquerra Republicana recuerdan que en 2017 “lo hicimos mal”, ya que “no conseguimos la independencia y, encima, tenemos a nuestros compañeros en la cárcel”.
Por tanto, añaden, Torra, con su anuncio, solo puede perseguir dos cosas: “O quiere engañar a los catalanes, o busca un nuevo 155, porque hace dos años ya se demostró que una decisión unilateral no es la solución”.
En este sentido, la apuesta de ERC es distinta: “La solución pasa por un referéndum cuyo resultado pueda ser aplicado. Y, para eso, se necesita llegar a un consenso con el Estado a través del diálogo, y no dando excusas para que se nos aplique una nueva intervención en Cataluña”.
La amenaza de Torra, afirman las fuentes consultadas, “no va a servir de nada”, como ya pasó hace dos años: “Llamar a la desobediencia civil queda muy bonito, pero expones a los propios ciudadanos sin tomar tú ninguna decisión”.
Por otra parte, añaden, tampoco valdría para nada un choque institucional como el vivido en 2017: “La desobediencia al Estado tampoco ha servido de nada. Por tanto, volver a hacer lo que hicimos nos va a situar en el mismo sitio que hace dos años”.
Desde Esquerra interpretan este discurso de Torra como un intento de “subir en las encuestas” y marcar distancias con ERC de cara a unas nuevas elecciones. Un objetivo que también persigue Torra ante un hipotético debate de investidura.
Así, mientras el PDeCAT se mantiene en su “no” a Sánchez, los republicanos insisten en que “no seremos un obstáculo” para hacer presidente a Pedro Sánchez.
Este discurso propio, afirman, está sirviendo para desmarcarse del PDeCAT, pero también para reivindicar el diálogo: “Frente a las amenazas que no sirven de nada, nosotros buscamos una solución pactada con el Estado”.
