Cuando el 18 de mayo el Valencia consiguió el último billete que daba a acceso a la Champions, nadie se imaginaba que el debut de los valencianistas en la máxima competición continental iba a tener un sabor tan amargo. La inesperada destitución de Marcelino la pasada semana sigue haciendo mella en un vestuario conmocionado por la traumática salida del técnico asturiano.
Los futbolistas no entienden nada y desde el club nadie les ha comunicado aún las razones que han llevado a la destitución del entrenador que devolvió al equipo a Europa y que conquistó la Copa del Rey en el año del centenario. La comunicación entre equipo y directiva está rota y los jugadores han decidido tomarse la justicia por su mano. La ley del silencio ha llegado a Mestalla y al igual que ocurriese en el encuentro liguero contra el Barcelona ningún futbolista hará hoy declaraciones a los medios de comunicación después del partido contra el Chelsea. Una imagen que se repitió ayer en la sala de prensa del estadio londinense dónde sólo compadeció el entrenador, Albert Celades. «Ellos ya aclararán por qué no quieren hablar con la prensa, no me toca hacerlo a mí», señaló el técnico valencianista.
Con todo este lío y después de la dolorosa derrota ante el Barcelona en el Camp Nou, el Valencia inicia su andadura europea en Stamford Bridge. Un estadio donde nunca ha conseguido la victoria y que medirá el estado de ánimo de un equipo que necesita encontrarse a sí mismo. «Soy consciente de lo que está sucediendo. Al mismo tiempo, no afecta nuestro enfoque ni el mío. Nos enfrentamos a un equipo de calidad fantástica. Cada momento es diferente, pero puede hacer que un equipo sea más preciso en el campo», dijo ayer el técnico de los «blues», Frank Lampard.
Celades, que debuta en la máxima competición continental, tendrá una difícil misión. El técnico catalán debe levantar a un vestuario hundido y, además, debe dar con la fórmula para frenar al máximo goleador de la Premier, el joven delantero Tammy Abraham.
Sin Carlos Soler, que continúa lesionado y con la novedad de Thierry Correia, el Valencia llega a Londres sumido en un mar de dudas que espera despejar en el césped. «Esta situación podría llevarles a jugar con mucha más rabia», señaló el portero del Chelsea, Kepa Arrizabalaga que no se fía de los valencianistas.