El caso del crimen de las niñas de Alcàsser no prescribirá para la Justicia española hasta el año 2029. Quedan diez años por delante (siempre que no se practiquen nuevas diligencias judiciales) para que quede cerrada la causa por el asesinato y la violación de Miriam, Toñi y Desirée, cuyas cadáveres fueron hallados en la partida de La Romana, entre los términos municipales de las localidades de Llombai y Tous, el 27 de enero de 1993.
Sin embargo, el caso que conmocionó a España hace ya cerca de veintisiete años sigue generando interrogantes y suscitando el interés mediático. «Han pasado muchas cosas este verano y nos metemos de lleno en ese gran tabú». Con esta carta presentación llega esta domingo (22.45 horas) a Cuatro la décimocuarta temporada del programa Cuarto Milenio.
El espacion que dirige Íker Jiménez hace referencia a la emisión del documental de Netflix sobre el triple crimen; la supuesta cinta «snuff» a la que hacía alusión en dicha serie Juan Ignacio Blanco -fallecido el pasado 4 de julio-; y el hallazgo de unos huesos humanos en la zona de La Romana en la que fueron encontrados los cuerpos sin vida de Miriam, Toñi y Desirée.
El caso Alcàsser sigue abierto en el juzgado de instrucción número 6 de Alzira. De hecho, Antonio Anglés, considerado por la Justicia el autor material del triple crimen de las niñas de Alcàsser, sigue oficialmente en situación de busca y captura. Su responsabilidad penal no expira hasta 2029 y su ficha todavía figura en la Interpol como uno de los fugitivos más buscados del mundo. Con todo, los investigadores siguen pensando que Anglés -que hoy tendría 53 años- está muerto.
Mientras, Miguel Ricart, juzgado y condenado por el horrendo suceso, salió de la cárcel hace más de cinco años al beneficiarse de la derogación de la conocida como «doctrina Parot». De lo contrario, habría seguido en prisión hasta 2023. En la actualidad se encuentra en paradero desconocido.
El Gobierno cree que resultará casi imposible identificar los huesos hallados junto a la fosa de las niñas de Alcàsser
La emisión del documental de Netflix, la muerte de Juan Ignacio Blanco (un periodista que se hizo popular los años posteriores al crimen por sus teorías de la conspiración sobre el caso); y el hallazgo de nuevos restos humanos «han quedado lagunas que solo ahora se pueden rellenar» han puesto de nuevo en el foco una causa en la que, según sostiene Íker Jiménez en la presentación de la temporada que arranca este domingo, «han quedado lagunas que solo ahora se pueden rellenar».
La viuda de Blanco, Frontela y Fernando García
Sobre el supuesto vídeo snuff al que hacía mención Juan Ignacio Blanco no existe prueba ni rastro de su existencia. Fernando García, padre de una de las víctimas, acudirá al plató de Cuarto Milenio. En el documental de Netflix admitió que no había visto jamás ese presunto vídeo al que hacía referencia Blanco. La viuda del periodista muerto el pasado julio y el forense Luis Frontela, defensor de una teoría alternativa a la que dio por sentado el fallo judicial sobre Anglés y Ricart, también acudirán al programa, junto al periodista de «Las Provincias» Javier Martínez. En ese sentido, el propio Íker Jiménez avanza que «vamos a escuchar a los que saben».
Mientras, se está a la espera de que los informes de toxicología revelen si los huesos hallados por una pareja el pasado mes de julio en la zona donde fueron enterradas Miriam, Toñi y Desirée corresponden a alguna de las niñas. El Gobierno cree que resultará casi imposible identificar los huesos hallados junto a la fosa de las niñas de Alcàsser.
El caso Alcàsser sigue abierto en el juzgado de instrucción número 6 de Alzira
Al respecto, el delegado del Ejecutivo en la Comunidad Valenciana, Juan Carlos Fulgencio, ya anticipó que esas pruebas no aportarán novedades relevantes a un caso sentenciado en la Justica pero que sigue vivo en la opinión pública y en los medios de comunicación veintisiete años después frente al olvido de otros como el de Macastre.