El asesino del Puerto Olímpico ha decidido entregarse. El joven que la madrugada del 4 de septiembre apuñaló a Sara a las puertas de la coctelería Smar se ha presentado hoy jueves con un abogado en la Ciudad de la Justicia de Barcelona, según ha avanzado el diario Ara.
El titular del Juzgado de Instrucción número 14 de Barcelona, que se encarga de la investigación del caso, ha decretado su ingreso en prisión provisional, ha confirmado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).
En el lance también resultó herido el vigilante de seguridad, que había tratado de echar a los dos ladrones del local cuando descubrieron que estaban robando móviles en el establecimiento.
Los Mossos d’Esquadra ya estrechaban el cerco al asesino de Sara y al cómplice que le acompañaba. Las cámaras de seguridad de la coctelería habían sido claves para identificar al autor del crimen y a su acompañante: dos hombres de nacionalidad española y mayores de edad.
Las cámaras de seguridad del bar -tanto la del interior del establecimiento como la de la puerta que enfoca hacia exterior- se antojaban claves para identificarlos. Ya el mismo día del crimen por la mañana agentes de la Guardia Urbana recopilaron imágenes de las videocámaras de la zona, tanto de la coctelería Smar, donde se cometió el crimen, como de los establecimientos de ocio nocturno adyacentes.
Las imágenes que captaron la videocámara del interior del pub desvelan los momentos previos al apuntalamiento. Pasaban las tres de la madrugada del miércoles 4 de septiembre. El vigilante de seguridad se acerca a los dos supuestos ladrones porque alguien había visto cómo habían robado el teléfono a un cliente. Al registrarles, el trabajador les encuentra también el móvil de la chica, se lo devuelve y los echa del local.
Es entonces cuando se precipitan los acontecimientos. Ya en la puerta del bar uno de los asaltantes apuñala en el estómago al vigilante -que se echa la mano a la herida, para taponarla- e inmediatamente asesta al menos dos cuchilladas a la joven, que había salido hasta la puerta, tal vez para increparles por el robo.
Tras ser atacada, se refugia en el interior del establecimiento, donde una amiga trata de ayudarle. Sara, de 26 años y vecina de El Vendrell (Tarragona), moriría unos cuatro horas más tarde a consecuencias de las heridas en el centro hospitalario donde una ambulancia del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) la había trasladado en parada cardiorrespiratoria.