Nature Astronomy, revista especializada, presentó lo que podría ser el primer descubrimiento de agua en un planeta potencialmente habitable.
El responsable del posible hallazgo sería el telescopio espacial Hubble, que detectó el planeta K2-18 b con una superficie probablemente rocosa y con una temperatura compatible con la vida posee agua en su atmósfera.
K2-18 b se encuentra a 110 años luz de la Tierra, en la constelación de Leo. Está clasificado como una supertierra entendiéndose como un mundo más grande que la Tierra, pero lo bastante pequeño para tener una superficie con continentes y océanos.
Su diámetro es el doble de la Tierra y su masa ocho veces mayor. Sin embargo, aún es muy temprano para conocer si el agua existe también en la superficie de este planeta además de encontrarse en su atmósfera.
Otro telescopiao protagoniza la segunda noticia astronómica de la semana.
Situado en Sudáfrica, el radiotelescopio MeerKAT, permitió a astrónomos observar dos enormes burbujas de electrones de alta energía a 700 años luz de distancia del centro de nuestra galaxia.
Las dos estructuras de ondas de radio con forma de burbuja que sobresalían del centro galáctico fueron detectadas justo al lado de las llamadas burbujas Fermi, producto de una antigua explosión cósmica descubiertas por primera vez en 2010.
Sin embargo, las burbujas Fermi son mucho más grandes y enérgicas, y emiten rayos gamma en lugar de ondas de radio. Las burbujas observadas probablemente se originaron a partir de un evento cataclísmico similar que involucra al agujero negro de la Vía Láctea.
Las burbujas son estructuras de gas que se pueden observar porque los electrones que se agitan dentro de ellas producen ondas de radio a medida que son aceleradas por los campos magnéticos, explica la revista Nature. Esta actividad sugiere que las burbujas son los restos de una erupción energética de gas caliente que ocurrió hace varios millones de años.