Jerez, sus viñedos, bodegas y su cultura ancestral del vino protagonizan «El verano que vivimos», que aún no tiene fecha de estreno. La película, cuyo rodaje se última estos días por el director Carlos Sedes («Fariña»), se sumerge en un drama romántico con Javier Rey, Blanca Suárez, y Pablo Molinero.
«Es una historia simple de amistad y de amor, como podían ser clásicos como ‘Los Puentes de Madison’ o ‘Memorias de África’, todas cintas clásicas de drama romántico», explicó Carlos Sedes en uno de los últimos días del rodaje en Jerez de esta película que, con un presupuesto de seis millones de euros, puede definirse como una superproducción española.
El equipo del filme vivió realmente un verano en Jerez de la Frontera para el rodaje de esta película, con la que se sumergieron en el mundo del vino para poder llevar a la gran pantalla una historia en la que éste se convierte en un protagonista más. «La creación del vino tiene algo que ver con la sensibilidad artística», explicó el director de esta película de época que se mueve entre los años 50 y los 90.
«El verano que vivimos» relata la historia de una estudiante de periodismo que realiza en los años 90 sus prácticas en el diario de un pequeño pueblo costero gallego en el que le encargan escribir y gestionar las esquelas del diario.
El decepcionante trabajo le abre sin embargo la puerta para iniciar una investigación sobre una historia de amor imposible ocurrida en el verano de 1958 en Jerez de la Frontera. En ella, Gonzalo, un joven arquitecto interpretado por Javier Rey, acude a Jerez para visitar a su amigo Hernán (Pablo Molinero), miembro de una saga de bodegueros jerezana que quiere presentarle a su prometida, Lucía (Blanca Suárez), y encargarle también la construcción de una edificación en su bodega. El destino quiere que este encuentro derive en un triángulo amoroso en el que todos sufren. «La película plantea la pregunta de qué haríamos ante una situación que descoloca por completo nuestra vida», explicó el director, para el que «El verano que vivimos» es su segundo largometraje.
La producción (Atresmedia, Warner y Bambú) reflexionó también sobre el paso del tiempo: «Para Gonzalo y para Hernán el tiempo es muy importante, a los dos les preocupa que su obra perdure, y el tiempo lo empapa todo en Jerez. Hemos querido que eso se vea en todo el arte de la película», señaló Sedes. Por su parte, Javier Rey aventuró que «Jerez es un personaje igual de importante que cualquiera en la película y sale increíble». Para Blanca Suárez uno de los mayores retos de su trabajo para interpretar a Lucía –«una adelantada a su tiempo, que en el 58 se remanga la camisa para ir a trabajar a las viñas»– fue trabajar el acento jerezano. De momento, el rodaje finalizará mañana en Jerez, el lunes estará en Ferrol pasando después por Valencia. El productor del filme, Olmo Figueredo, anunció que será «el mayor ‘spot’ que se haya hecho en mucho tiempo de la región».
