Hoy no lo ves, porque seguro estas llorando amargamente pensando que el amor de tu vida ha partido y hoy hay marcha atrás. Hoy vas a llorar, te vas a sentir destruida y muy traicionada. Pero te vas a acordar de mi mañana o dentro de un mes. El día que agradezcas que la vida te haya quitado a ese patán del camino.
Nos engañamos cruelmente, pensando que el amor duele y tienes que luchar por él. Cuando de hecho lo único que deberías de hacer es buscarlo en los lugares indicados. Cuando el chico del que me enamoré, por 6 meses desapareció sin dejar rastro, me culpé a mi misma. Me decía todos los días que yo no había sido lo suficiente para que él se quedará. Cuando la cosa era al revés. Ese hombre nunca fue lo suficiente para mi. Seguro has pasado por ese desamor que sientes que se te desgarra el alma. Puedes llorar todo el día, dejar tu trabajo de lado, tu alimentación y hasta tu gusto por vivir. Afortunadamente la única que puede detener ese sufrimiento eres tú misma. Y tal como yo en un tiempo, te darás cuenta que no perdiste amor, ganaste un maestro.
Cuando este chico salio de mi vida yo me encontraba atorada, deprimida y perdida. El tiempo paso y un día sin quererlo me lo regreso. Nos vimos para hablar y ese día me sentí plena. No porque hubiera regresado, si no porque reconocí la gran cantidad de aprendizajes que me dejo. Tenía ya un rato que lo había perdonado, pero no sabía si al verlo la ira regresaría. Temía que mi boca fuese a manifestar algo diferente a la tranquilidad que yo sentía. Acepte el último café, no por el sino por mi. Quise comprobar que esa herida ya había sanado.
Así como yo en algún momento te darás cuenta de la cantidad de aprendizajes que pueden darte estas personas. Buenas o malas, todos necesitamos maestros en nuestro camino. Triste pero cierto, me encontré en ese café con el mismo chico inseguro, el que no sabía muy bien hacia dónde iba su vida. Mire de cerca la discrepancia de nuestro carácter y todas esas características que nunca me agradaron e intente difuminar se hicieron más y más evidentes. El que pensé, que iba a ser el gran amor de mi vida, resulto ser solo un maestro y nada más.
En este camino aprendí que no puedes dejarle toda tu fe y felicidad al amor entrante en tu vida. Por que al final cuando se van, se lleva todo como un ladrón. Este chico me enseño a no ser tan confiada con la gente y vaya que loa prendí a la mala. Me enseño que no tenía que esperar una cita con más de una hora de retraso, me enseño que puedo darme la vuelta e irme si me están tratando mal. Me enseño que puedes tener una gran química física pero eso no vale nada si no hay algo emocional. Pero sobretodo me enseño que antes que tener un amor, un hijo, una mamá o un papá, te tienes a ti misma.
De equivocarte cuantas veces sean necesarias teniendo en la mente que siempre hay una forma de avanzar. Puede que hoy te sientas rota y puede que no encuentres muy bien el camino. Pero te aseguro que en cuanto te quites las cadenas podrás ver lo maravillosa que es la vida. Volverás a sonreír, a amar a querer brincar y te vas a reír como loca cuando algo muy gracioso pase.
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