John Bolton, despedido por Donald Trump, ha servido en los gobiernos de cuatro presidentes republicanos: Ronald Reagan, George H. W. Bush y George W. Bush y Donald Trump. Nacido en Baltimore en 1948, Bolton se doctoró en Derecho por la Universidad de Yale en 1974 y se alistó en la Guardia Nacional.
Es un defensor a ultranza de las guerras para derribar regímenes incómodos, ya sea Corea del Norte o Venezuela. En su etapa como universitario en Yale, se mostró partidario de mantener la guerra de Vietnam, si bien hizo todo lo posible para evitar ser reclutado. “Confieso que no tenía ningún deseo de morir en un arrozal del sudeste asiático. Consideré que la guerra en Vietnam ya se había perdido”, confesó más tarde en sus memorias.
A lo largo de su carrera se ha visto envuelto en escándalos y debates polémicos por alentar ataques contra países comunistas e islámicos. Ha defendido la supremacía de Estados Unidos y a menudo abandera el unilateralismo en política exterior. El senador Jesse Helms ha dicho sobre Bolton que “es el tipo de gente con el cual quisiera estar cuando llegue el Armagedón. Estas son algunas de sus posiciones más controvertidas sobre política exterior.
Irak
En 2001, durante la administración de George W. Bush fue elegido por Dich Cheney como subsecretario de Estado para el Control de Armas. Desde su cargo defendió a capa y espada la necesidad de atacar a Irak porque representaba un peligro para la seguridad de Estados Unidos: . "Estamos seguros de que Sadam Husein ha escondido armas de destrucción masiva", afirmó en 2002. Pese al fracaso de la invasión y la violencia que desató en la región y a que nunca se encontraron las armas, ha seguido sosteniendo que esa operación fue necesaria.
Irán
Promulgó a los cuatro vientos la teoría del llamado “eje del mal”, en el que incluía a Irán, Corea del Norte e Irak. En no pocas ocasiones ha apoyado la tesis del bombardeo sobre Irán para propiciar un cambio de régimen. Durante etapa como asesor de Seguridad Nacional ha tratado de convencer a Trump para intervenir contra el país persa y apoyó el paso dado por Trump para sacar a EE UU del acuerdo nuclear de 2015 firmado por Obama.
La Corte Penal Internacional
No le gustan las organizaciones multilaterales, especialmente la Corte Penal Internacional. Este organismo fue blanco de sus críticas más afiladas. De hecho, hizo todo lo posible para impedir que cualquier ciudadano estadounidense pudiera ser procesado por alguno de sus jueces. Tampoco es un admirador de la ONU. En los noventa afirmó que “no pasaría nada” si desapareciesen diez pisos del edificio de Naciones Unidas en Nueva York, donde por cierto trabajó durante un año como embajador de EE UU apenas un años, ya que el Senado se negó a ratificar su nombramiento para ese puesto.
Cuba
En esa misma época, Bolton defendió públicamente la idea de que Cuba estaba desarrollando armas biológicas en coordinación con Libia e Irán contradiciendo al Departamento de Estado, donde se pensaba que no existían pruebas para apoyar esa tesis. En su ideario sigue viva la idea de que América Latina es el patio trasero de Estados Unidos, y recientemente recordó que la doctrina Monroe sigue viva.
Venezuela
El ya ex asesor de Seguridad Nacional ha sido uno de los más fervientes animadores dentro de la Casa Blanca de una intervención contra el régimen de Nicolás Maduro. Le hizo creer al presidente Trump que Maduro era un dictador con los pies de barro que caería con sanciones y una acción diplomática agresiva. No ha sido así, algo que según la prensa de EE UU no gustó nada a Trump.
Corea del Norte
Desde hace años ha presionado para lanzar un ataque preventivo contra Corea del Norte: “Es perfectamente legítimo que Estados Unidos responda a la actual necesidad planteada por las armas nucleares de Corea del Norte al atacar primero", ha dicho.
Desarme nuclear
Ha sido mentor de una de las estratégicas decisiones de la administración Trump. El presidente republicano decidió retirar a EE UU del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio con Rusia firmado en 1987 entre el entonces presidente Ronald Reagan y su homólogo Gorbachov. Aquel fue un acuerdo clave en la reducció de arsenales nucleares y tras su firma EE UU eliminó 846 misiles y Rusia 1.846.