Como había anunciado hace justo un año, el magnate chino Jack Ma ha dejado este martes la presidencia del gigante de ventas por internet Alibaba. Lo hace justo el día que cumple 55 años y para Ma, uno de los hombres más ricos de Asia, debe de haber sido el mejor regalo: tiempo para dedicarse a lo que más le gusta, la filantropía y la educación.
Con una fortuna estimada en 41.000 millones de dólares (37.000 millones de euros), se «jubila» dejando atrás una leyenda en el mundo de los negocios. Fundada hace justo dos décadas, su compañía no es solo una de más valiosas del mundo con una capitalización de 462.000 millones de dólares (418.000 millones de euros) según Bloomberg, sino que simboliza el progreso económico de China y ha cambiado su mercado y hábitos de consumo.
Aunque Jack Ma seguirá en el consejo de administración hasta la junta de accionistas del próximo año y luego será socio vitalicio de Alibaba, deja este imperio del comercio electrónico en manos de Daniel Zhang, de 47 años. Tras relevar a Ma como consejero delegado años atrás, Zhang ha dirigido la expansión de Alibaba y algunas de sus más importantes operaciones, como la salida récord a Bolsa en Wall Street en 2014 y el auge del «Día del Soltero» como la mayor jornada mundial de ventas por internet, que el año pasado recaudó 213.500 millones de yuanes (27.000 millones de euros). Como retos para el futuro, por delante tiene la ralentización de la economía china, agravada por la guerra comercial con Estados Unidos, y un panorama cada vez más competitivo en las nuevas tecnologías.
En la sombra le estará apoyando Jack Ma, que en junio concedió una entrevista exclusiva a ABC durante una visita a España. Nacido en 1964 en la agradable ciudad de Hangzhou, al suroeste de Shanghái, Ma se ha enriquecido con el comercio electrónico al amparo del imparable crecimiento económico de China, pero no es el típico magnate al uso. De carácter inquieto, en su juventud rondaba a los extranjeros que visitaban su ciudad, famoso destino turístico gracias a su precioso Lago del Oeste, para aprender inglés. A pesar de su curiosidad, o precisamente por ella, suspendió dos veces la Selectividad china antes de entrar en la Universidad Normal de Hangzhou, donde se licenció como profesor de Inglés.
Según su biografía oficial, su primer contacto con internet fue en 1995, cuando visitó a un amigo en Estados Unidos. En su ordenador tecleó «beer» (cerveza) y se sorprendió al no encontrar ningún enlace en mandarín. Intuyendo que el futuro estaba ahí, a su vuelta a China le pidió dinero prestado a su hermana y montó con 7.000 yuanes (unos 600 euros de esa época) un portal de páginas amarillas que no tuvo éxito, pero que sentó las bases de Alibaba.
Tras pasar por el Ministerio de Comercio chino, donde conoció en una de sus visitas a Pekín al cofundador de Yahoo, Jerry Yang, Ma creó Alibaba en 1999. Aunque el mundo asistía atónito al pinchazo de la burbuja de las «puntocom» en Wall Street, él y sus otros 17 socios reunieron un capital de 60.000 dólares (52.000 euros), una fortuna en aquel entonces en China. Para inmortalizar el momento de la fundación, que tuvo lugar en su apartamento de Hangzhou, hasta grabaron un vídeo con sus «humildes» intenciones: durar al menos 102 años. Desde entonces, Jack Ma ha sido un visionario en un país que está viviendo la mayor transformación de su historia gracias a su frenético crecimiento económico.