Si se quiere efectivamente resolver el problema de la evasión fiscal y aumentar la recaudación, la Secretaría de Hacienda debe terminar con el “grave hoyo negro” que representan para las finanzas públicas los llamados “estímulos fiscales”, advirtió el secretario de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, Carol Antonio Altamirano, de Morena.
Esta práctica –dijo- representó en 2018 un costo al erario federal de 864 mil millones de pesos, y para el 2019 podría ser de hasta 935 mil millones.
Urgió a revisar “con lupa” el Presupuesto de Gastos Fiscales para identificar alternativas que mejoren los ingresos públicos, porque “para dimensionar el área de oportunidad, en 2018 el Presupuesto de Gastos Fiscales fue enorme, superando los 864 mil millones de pesos, lo que significó una perdida en la capacidad recaudatoria equivalente a 3.7 % del PIB”.
“Eso quiere decir que las finanzas públicas tienen un 'hoyo negro' al dejar de cobrar recursos, porque se otorgan diversos beneficios en el que destacan los estímulos fiscales. Esta tendencia es una ´mala herencia´ de los últimos años que no debe continuar, porque debilita los recursos públicos y, sobre todo, se ha dado en condiciones de opacidad y discrecionalidad”, acusó.
Insistió en que “el tamaño del problema llegó representar 4.9 por ciento del PIB en 2012, y aunque en 2014 se redujo a 2.9 por ciento, después, quizá porque los poderes fácticos se hicieron sentir, se ha vivido un agravamiento y para 2019 la estimación presentada en junio llega 935 mil millones de pesos para el cierre de este ejercicio”, alertó.
Por lo anterior, planteó que por eso “sería positivo que la Secretaría de Hacienda y los diputados ya empecemos a revisar concepto por concepto, tratamiento por tratamiento, para saber si dejar de cobrar esas contribuciones ha servido para el país o sólo se ha beneficiado a los actores económicos que se han beneficiado de los estímulos fiscales por años”.
La tarea es que, “sin afectar a la población pobre, los diputados y la Secretaría de Hacienda podamos revertir una inercia negativa que ha convertido estos gastos fiscales en un barril sin fondo, sin que exista certeza de la utilidad del sacrificio”, anotó.
“Hay que ir por los cambios que representen mayores beneficios y eso demanda que todos apoyemos el reto de combatir la evasión y la elusión fiscal, con medidas de fondo y que cancelen privilegios que son cosa del pasado”, comentó.
Este tema, dijo, debe ser prioritario, porque el primer objetivo a lograr en la discusión y aprobación del paquete económico, depende de lo que se resuelva en la Ley de Ingresos y la miscelánea fiscal.
Planteó que “en este momento, el reto es fortalecer las finanzas públicas, de manera que reconociendo el proyecto enviado por la Secretaría de Hacienda, es importante valorar los antecedentes y las dimensiones de los gastos fiscales, porque esas son las fuentes de recaudación que podrían ser aprovechadas cuanto antes”.
“A todos queda claro que el Gobierno está llevando una política de austeridad y responsabilidad para poder financiar el presupuesto; pero se requiere ver el conjunto de los problemas para logra una mejora”, expresó.
“Eso no puede ni debe seguir ocurriendo. Es indispensable que se pueda revisar esa política, para que se supere desde la Ley de Ingresos y la miscelánea fiscal”, expuso.