Mis primeros recuerdos de Camilo Sesto son de odio profesional. Yo estaba en CBS Discos y Camilo Sesto en la competencia, en Ariola Discos, y cada vez que sacaban un nuevo disco al mercado monopolizaba la atención de los medios y las ventas durante semanas. Camilo Sesto fue indiscutiblemente el más grande artista español de los 70, en España y en toda Hispanoamérica, incluido el territorio de habla hispana en Estados Unidos. Su obra grabada batió todos los récords del momento y ahora tomará el relevo del mito desaparecido para regalarnos una nueva vida de esta estrella irremplazable.
Además de autor, interprete y productor de sus discos, al tiempo que interprete imbatible en directo, Camilo fue pionero en producir y representar teatro musical en nuestro país, financiando y protagonizando «Jesucristo Superstar» con rotundo éxito (disfruten de su versión de «Getsemani» en YouTube, por favor). Hoy, «Billy Elliot» triunfa en el mismo escenario gracias a la afición procedente de aquella semilla. Cuando me hice cargo de Ariola como presidente descubrí que lo mío no era odio, sino envidia, y bendije cada momento en que me fue posible disfrutar de su talento. En los últimos años hablamos mucho sobre cómo llevar su historia al escenario. Se la debo.
