El gobierno de Estados Unidos culpó ayer a una empresa española de impedir la evacuación de más de un centenar de damnificados por el huracán Dorian a un puerto de Florida. Varios vídeo compartidos en redes sociales muestran cómo decenas de personas se vieron forzadas a desembarcar del barco de Balearia el domingo tras el anuncio de la tripulación de que «todos los pasajeros que no tengan visado de entrada en EE.UU. deben desembarcar».
Ayer, el comisionado Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. culpó a Balearia directamente de esa decisión. «Nunca hemos dicho a una empresa de transporte marítimo que no puede admitir pasajeros sin los papeles necesarios. No es lo que hemos dicho, ¿de acuerdo? Hay quien se ha confundido en este asunto», dijo ayer Mark Morgan en una conferencia de prensa mantenida en la Casa Blanca.
La empresa Balearia Caribbean, filial de la matriz española lanzada en 2011, cubre la ruta entre Fort Lauderdale, en Florida, y dos puertos de Bahamas: Freeport y Bimini. El 30 de agosto, antes del paso del huracán, el ferri de Balearia asistió al gobierno en la evacuación de la isla. Durante el paso de la tormenta, los administradores de la empresa hasta organizaron una recolecta de alimentos para poder traerlos a Bahamas en cuanto fuera posible.
Balearia Caribbean ha trabajado con 35 organizaciones no gubernamentales para recolectar alimentos y medicinas, y recibió decenas de palets donados a los bahameños. El 6 de septiembre partió de Fort Lauderdale para transportarlos, junto a familiares de los damnificados, a Freeport. El domingo 8 de septiembre debía partir el ferri de regreso a Fort Lauderdale, con personas cuyas casas han sido destruidas a bordo. Las autoridades calculan que 70.000 personas han quedado sin hogar.
La orden de desembarcar de quienes no tuvieran visado de entrada a EE.UU., difundida en redes y recogida por cadenas de televisión como CNN, provocó el enfado de políticos tanto demócratas como republicanos. Los dos senadores por Florida, Marco Rubio y Rick Scott, ambos conservadores, pidieron públicamente a la Casa Blanca que aclarara su política migratoria con respecto a los damnificados por el huracán, por el cual han muerto al menos 45 personas. La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, calificó el incidente de «muy decepcionante» porque «ignora el sufrimiento humano».
Aunque en su rueda de prensa el jefe del servicio de aduanas culpó claramente a Balearia de cualquier error, el presidente en persona puso después en duda que el gobierno no haya tenido nada que ver en esa decisión.
En una conferencia con la prensa mantenida en Washington ayer por la tarde, Donald Trump dijo que ha pedido cautela a su gobierno. «Todo el mundo necesita documentación adecuada porque Bahamas ha tenido problemas de inmigración. No quiero permitir que personas que no deberían estar en las Bahamas entren ahora en EE.UU., incluida gente muy mala, traficantes de drogas, pandilleros, delincuentes», dijo el presidente.
Cientos de miles de personas en las Bahamas carecen de electricidad o agua potable. En circunstancias normales, los bahameños pueden entrar en EE.UU. con su pasaporte y un certificado policial que demuestre que carecen de antecedentes penales. En principio, para facilitar la evacuación de las islas por razones humanitarias, el gobierno de EE.UU. se ha comprometido a aceptar a todos los que lleguen con ferris como el de Balearia. Eso no se cumplió el domingo.
La duda que queda por aclarar es si la empresa actuó con exceso de celo o recibió indicaciones confusas por parte de las autoridades migratorias norteamericanas. Balearia Caribbean no respondió ayer a un correo enviado por este diario para que detalle su versión de los hechos.