LA Unión Europea (UE) rechaza firmemente la activación plena de la Ley Helms-Burton por parte del Gobierno de los Estados Unidos, considera ilegal la aplicación extraterritorial de las medidas coercitivas unilaterales y recurrirá a todas las respuestas apropiadas para proteger los intereses legítimos de sus ciudadanos y sus empresas, afirmó Federica Mogherini, alta representante de Política Exterior y Seguridad de la UE, tras la conclusión del segundo Consejo Conjunto entre Cuba y ese bloque, que copresidió este lunes en La Habana junto con nuestro canciller Bruno Rodríguez Parrilla.
Luego de agradecer la excelente acogida cubana a discusiones francas, abiertas y constructivas, aun en temas en que las dos partes tienen «perspectivas distintas», Mogherini afirmó que el organismo regional que lidera se ocupa de coordinar con las empresas europeas, pequeñas y medianas, pero también con las más grandes y también con el Gobierno de Cuba, así como con las instituciones de la Unión, para garantizar que la protección concertada contra el bloqueo siga teniendo vigor.
«Lo que he visto en la comunidad empresarial europea que está invirtiendo considerablemente en Cuba es que están muy decididos a seguir haciéndolo. Coordinamos acciones entre las instituciones de la UE, los estados miembros y la comunidad empresarial para generar un sistema de protección más eficaz. La decisión de seguir invirtiendo y comerciando con Cuba es fuerte y hay un elemento adicional de interés que proviene del entendimiento de que este es un momento peculiar para la economía cubana, con importantes desafíos externos pero también una decisión nacional de seguir avanzando en la actualización de la economía, en la cual los europeos pueden desempeñar un papel muy importante», declaró la alta funcionaria.
Además de recordar que la UE es el primer socio comercial y el primer inversor en Cuba y que su cooperación se ha triplicado en los dos últimos años y pasó de 50 a 140 millones de euros, Federica Mogherini señaló que la presencia de Europa en la Isla, «continuará en el futuro».
Por su parte, Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores cubano, agradeció la tradicional posición de la UE de rechazo a la política de bloqueo de Estados Unidos y la reciente aplicación del capítulo 3 de la Ley Helms-Burton. «El boqueo sigue constituyendo el principal obstáculo para el desarrollo de los vínculos económicos, comerciales, financieros y de inversión entre la UE y Cuba y la aplicación extraterritorial de sus medidas afecta la soberanía y los intereses de los europeos», destacó el canciller.
«Es significativo que ambas partes hayamos podido trabajar de conjunto sobre la base de los principios del derecho internacional y del respeto a la reciprocidad y el beneficio mutuo. Hay un desarrollo de la cooperación que recibe Cuba de la UE que está asociado a estos resultados y se ha ampliado el ámbito de los intercambios sobre temas transversales de la agenda internacional para responder a los nuevos desafíos. Ha sido significativo el desarrollo de diálogos específicos con un sentido de diálogo estructurado en relación, por ejemplo sobre los desastres, el cambio climático y las medidas coercitivas unilaterales. Este proceso ha permitido identificar otras áreas de cooperación y alentar el comercio, la inversión y el turismo europeo», sostuvo Rodríguez Parrilla.
El ministro recordó que la Carta Magna recién promulgada en Cuba convalida algunos de esos aspectos y citó entre ellos la apertura a la inversión extranjera y la consideración de su carácter primordial en algunos sectores estratégicos. El reconocimiento de diversas formas de propiedad, incluida la privada, el desarrollo de formas de gestión no estatal de la economía y la creación de una Zona Especial de Desarrollo forman parte de la estrategia de acciones para actualizar la economía cubana pese a la difícil coyuntura internacional, ejemplificó.
En ese sentido, el Canciller evaluó este segundo Consejo Conjunto Cuba-UE como nuevo paso de avance en el desarrollo de las relaciones bilaterales, particularmente en la instrumentación del Acuerdo de diálogo político y cooperación alcanzado entre las dos partes en 2016. Rodríguez Parrilla apuntó que el Consejo ratificó la efectividad del diálogo abierto y respetuoso de las diferencias, siempre bajo los principios de igualdad, reciprocidad y no injerencia.
«La Unión Europea —dijo— es un importante actor internacional en materia de cooperación con el cual realizamos proyectos relevantes en sectores de especial interés para Cuba entre los que destacan el desarrollo de las fuentes de energías renovables, la agricultura, el enfrentamiento al cambio climático y la modernización de nuestra economía».
En su opinión, Cuba y la UE coinciden en la importancia de continuar desarrollando y ampliando la cooperación con la certeza de que hay potencialidades que pueden explotarse en beneficio mutuo en otros sectores donde comparten intereses.
El canciller comentó no solo que nuestro país otorga gran relevancia al papel de la UE con el pueblo cubano y que espera el bloque pueda ejercer todas sus capacidades para preservar los interesas económicos y la soberanía de los intereses personales y jurídicos europeos ante la aplicación del bloqueo, sino que refirió la propuesta cubana para desarrollar proyectos de cooperación triangular con terceros países del Sur.
Durante la comparecencia que siguió a la sesión del Consejo Conjunto Cuba-UE, Federica Mogherini consideró que la Unión y la Isla han abierto un «nuevo capítulo de relaciones y que estamos en tiempo de aprovechar todas las oportunidades que nos brinda esta renovada relación y seguir enriqueciéndola».
La diplomática dijo que el Acuerdo de diálogo político y cooperación —cuya marcha fue evaluada al detalle en el Consejo Conjunto— ha multiplicado los intercambios y generado numerosas oportunidades de cooperación y encuentros bilaterales. En su marco, añadió, «hemos celebrado cinco diálogos políticos sobre temas de interés mutuo como los derechos humanos, las medidas coercitivas unilaterales y el desarrollo sostenible, acordado fortalecer el seguimiento de los diálogos políticos e iniciado nuevos diálogos sectoriales sobre agricultura, energía, cambio climático y medio ambiente».
Federica Mogherini manifestó la disposición de la UE a compartir sus experiencias en políticas sectoriales y a contribuir más a la modernización de Cuba. «Al mismo tiempo, nuestro acuerdo puede ayudar a impulsar la cooperación económica, incluidos el comercio y la inversión», acotó.
La alta representante de Política Exterior y Seguridad de la UE, quien desarrolló en la Habana un intenso programa de actividades, destacó el papel clave de la cultura cubana y caribeña «tanto para mantener el atractivo de Cuba como destino turístico como para enriquecer la vida de nuestros ciudadanos», criterio coherente con la inminente puesta en marcha —comentada por ella— de un nuevo programa de 15 millones de euros para apoyar la cooperación cultural en la Antilla Mayor y en su vecindario de islas, una iniciativa que, matizó, responde «a nuestra relación basada en amistad profunda y respeto mutuo».
