Hay que ser cutre para despreciar de forma tan grosera a una leyenda de la F-1 como Alonso. Ferrari, tan mítica, tan grande, cometió el error de minusvalorar a Fernando en la fiesta de su noventa aniversario. Dolió ver al español tan insignificante en el cartel conmemorativo. O más bien, molestó. El primero, intuyo, a Fernando, aunque el asturiano no es de llorar y sí de contraatacar: mensajito en redes sociales presumiendo de sus logros y, sobre todo, el bombazo de la semana. Alonso deslizó, de sopetón, que podría ser una «buena oportunidad» volver a la F-1 en 2021, cuando el Mundial sea «menos predecible». Así, sin anestesia..
¿Por qué ahora? Alonso mide sus mensajes y movimientos profesionales con precisión quirúrgica. Se fue de la F-1 cuando la realidad de McLaren aplastó sus ilusiones y se aventuró a ser grande de otra manera, ganando todo tipo de carreras. La próxima, el Dakar, algo tan improbable para un piloto sin experiencia como gigantesco en caso de lograrlo. Si habla de 2021 para volver a la F-1 es que lo tiene cerrado. Mensaje, por cierto, lanzado en Monza, Italia. Y mientras, Vettel pifiándola otra vez... La vida.
