El alcohol es un tóxico y produce efectos más graves en el feto que cualquier otra droga. El consumo de esta sustancia durante el embarazo puede provocar en el recién nacido anomalías craneofaciales, retraso en el desarrollo físico, y daños en el sistema nervioso central, la estructura anatómica del cerebro y en el funcionamiento neurológico e intelectual... Una larga lista de consecuencias que en la actualidad muchas mujeres desconocen o no consideran a la hora de tomarse «solo una copa».
Con motivo del día mundial del Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF) 2019, cuyo nombre hace referencia al daño producido por dicho consumo y que se celebra este lunes 9 de septiembre, varias asociaciones internacionales se han unido para organizar una serie de actos que buscan concienciar a las embarazadas de que lo mejor para ellas y sus futuros hijos es no beber ni una gota de alcohol.
El TEAF afecta a 3 de cada 1.000 nacidos, aunque distintos estudios demuestran que 1 de cada 100 tiene alguna afectación que está relacionada de manera directa con la exposición al alcohol durante la gestación. El consumo de dicha sustancia a lo largo de esta etapa de crecimiento es la primera causa de discapacidad intelectual en occidente a día de hoy. ¿Lo peor de todo? No tiene una cura conocida.
La buena noticia: se puede prevenir
La buena noticia es que se puede prevenir de forma sencilla y el camino pasa por renunciar al alcohol durante la gestación. Cuando una mujer deja de exponerse a esta sustancia desde que planifica un embarazo inmediato, evita que la persona que vendrá al mundo en nueve meses cargue con unas consecuencias que eran evitables.
Los síntomas del TEAF no siempre son fáciles de identificar y catalogar, porque el diagnóstico requiere contar con una documentación fiable del embarazo y la colaboración de especialistas que tengan experiencia en este campo tan específico.
Problema muy grave de salud pública, es fundamental la implementación de campañas dirigidas a la sensibilización de la sociedad. Los niños que se enfrentan a él también sufren el abandono de sus familias, la institucionalización y acumulan muchas adversidades en edades muy tempranas, lo que dificulta aún más identificar el origen de los distintos síntomas que están padeciendo desde pequeños.
Pero hay actuaciones que son necesarias
No todos los niños tienen los mismos síntomas, ni en la misma intensidad, pero todos ellos se verían beneficiados ante la toma de unas actuaciones necesarias que las asociaciones han enumerado con motivo de la celebración de este día.
1. Medidas preventivas. En este primer bloque se sitúan el etiquetado obligatorio, la eliminación de «consumo responsable», la promoción de la figura del absentismo y la realización de campañas que alerten del consumo de alcohol en el embarazo. Otras ideas como puntos informativos, la incorporación de perspectiva de género y la potenciación de la figura del abstemio también forman parte del mismo.
2. Medidas de intervención. A la hora de intervenir en estos casos, los protocolos médicos de actuación y la atención preferente e la población de riesgo toman la cabeza. Para completar este punto se añaden la creación de hospitales de referencia para el diagnóstico de TEAF, la formación de especialistas partícipes del sistema educativo y la catalogación de todas las patologías de adversidad temprana.
3. Medidas formativas. En el tercer bloque se hace hincapié en la formación de los profesionales de sanidad, educación, justicia y seguridad, y en la impartición de cursos formativos para las familias de niños con este trastorno.
4. Medidas de empleo y vida adulta. Por último, pero no menos importante, el futuro de los niños con TEAF cierra las actuaciones enumeradas por las asociaciones. Itinerarios formativos orientados al empleo, trabajo protegido y con apoyo, viviendas tuteladas y sentencias judiciales terapéuticas conformarían este bloque.
