El curso escolar 2019/2020 comenzará el próximo lunes con un total de 784.797 alumnos en los centros educativos de la Comunitat Valenciana, 3.293 más que en el curso anterior, que serán atendidos por 71.689 docentes, 1.507 más que en 2018/2019.
La media de alumnos por aula será de 20,6 en Infantil y Primaria, donde la ratio máxima es de 25; y de 24,9 en Secundaria, donde el máximo es de 30 alumnos por aula.
Así lo dieron a conocer ayer el conseller de Educación, Vicent Marzà, y el secretario autonómico, Miguel Soler, en la presentación del nuevo curso bajo el lema «La educación suma».
Ambos explicaron que el curso empieza con 12.000 alumnos en barracones, 7.000 menos que cuando llegaron al gobierno en 2015, cuando había 19.000 alumnos en este tipo de aulas, 8.000 en centros formados íntegramente por aulas prefabricadas.
En concreto, este curso 2.019 alumnos abandonarán los barracones y accederán a siete nuevos centros educativos construidos, a los que se suman otros siete nuevos que están en construcción.
Por lo que respecta al tramo 0-3 años, hay una previsión de 46.280 alumnos escolarizados, un 3 por ciento más que el curso pasado, lo que supone un aumento de 8.000 alumnos (un 21 por ciento) desde que gobierna el Botànic, a pesar del descenso de la natalidad.
Tanto Marzà como Soler destacaron también que durante este curso se recuperan todos los tutores generalistas de las escuelas y se reduce el horario lectivo a 19 horas semanales para todo el profesorado de Secundaria.
Sobre la jornada escolar, este curso habrá 765 escuelas de Infantil y Primaria con jornada partida (el 54 por ciento) y 654 tendrán jornada continua.
En cuanto a la alerta por el aumento de la obesidad infantil, señalaron que ya se trabaja en la mejora de los comedores escolares, mientras que sobre la falta de sueño del alumnado debido al uso de pantallas electrónicas, afirmaron que este es un problema que necesita la intervención del conjunto de la sociedad.
El «corralito» de Compromís
Por su parte, la portavoz de Educación del PP en Les Corts, Beatriz Gascó, acusó a Marzà de convertir la educación en «el corralito particular de Compromís», donde «unos pocos» implantan «un modelo único ideologizado siguiendo la hoja de ruta implantada en Cataluña».
Gascó criticó que el «triunfalismo» de Marzà contrasta con «la precariedad en los colegios que padecen la improvisación y falta de gestión de una Conselleria desnortada».
Marzà, según la diputada popular, «no ha sido capaz de acabar con ninguno de los problemas de la educación valenciana que dijeron solucionarían; es más, los han agravado con su falta de gestión: impagos constantes, inseguridad jurídica, malestar generalizado, incumplimiento de sentencias, mala gestión...».
También recordó que el conseller tiene «más de 40 sentencias contrarias a sus políticas educativas» y ha logrado «enfadar» a todo el sector educativo: a las familias, a los equipos directivos por su «ninguneo», a los docentes por «el incremento de las cargas burocráticas», a los interinos por «no cumplir lo prometido» y a los inspectores por «relegarlos a la irrelevancia».