La ministra de Economía, Nadia Calviño, lanzó ayer todo el arsenal de noticias económicas positivas que ha conseguido acumular durante los meses de verano. En su intervención en un foro organizado por la Agencia Efe explicó que España crecerá más del 2% este año y que el Tesoro Público reducirá en 10.000 millones de euros el volumen de emisiones netas de deuda previstas, de 30.000 a 20.000 millones. Incluso defendió que 2019 cerrará con un avance del PIB entre el 2,2% y el 2,4%, «casi el doble que el promedio de la zona euro», y se situará en el 2% a final de 2020, una décima más de la previsión del Gobierno. Aunque la ministra evitó hacer una confirmación oficial de que el Ejecutivo vaya a revisar al alza estas previsiones, su postura parece el primer paso para que Moncloa lo haga.
Parece obvio que la economía española mantiene el impulso –más por inercia que por capacidad– pese a las incertidumbres asociadas a la guerra comercial o al Brexit. Por ello, la ministra insistió ayer en que el país está «capeando» mejor que otros esta situación adversa, ignorando las señales de alarma que desde hace meses apuntan los principales indicadores económicos, tanto nacionales como europeos.
Calviño también adelantó que el Tesoro sumará otros 5.000 millones a los 10.000 ya logrados en la reducción de deuda neta, por lo que la emisión total será este año casi un 43% inferior a la prevista a principios del ejercicio. Pero esta positiva cifra no tiene que ver exclusivamente con el buen hacer del Ejecutivo. Los estímulos lanzados por el Banco Central Europeo y sus tipos bajos han aliviado de forma considerable la carga financiera de la deuda pública española, que gracias a los menores intereses ha dado oxígeno al Gobierno y propiciado importantes ahorros financieros. Esto permitirá a España economizar 2.300 millones de euros en intereses de la deuda.
Según la ministra, la emisión bruta se situará por debajo de los 200.000 millones de euros, algo que no ocurría desde el año 2013 y que atribuyó a la mejora de la prima de riesgo española, que se ha ido reduciendo de «manera sostenida» a lo largo del año. Además, Calviño afirmó que gracias a la ampliación de la base de inversores se han conseguido «resultados evidentes» y se pudo cerrar 2018 con una emisión de deuda pública inferior y con unos ahorros de intereses de 1.500 millones de euros. «Nuestra prima de riesgo se ha venido reduciendo de manera sostenida, hemos entrado en el entorno de los tipos negativos y también se han batido récords históricos de cotización», insistió la ministra.
Siguiendo la misma estela, la directora general del Tesoro, Elena Aparici, indicó ayer en la presentación de la revisión del programa de deuda de 2019 que la menor emisión neta se centrará principalmente en la reducción de los valores a medio y largo plazo, pero también en la menor emisión de letras. Aparici fue más allá que la propia ministra, y elevó el ahorro de intereses hasta los 2.334 millones de euros, por lo que se situarán en torno al 2% del PIB, cuando en 2014 la carga de intereses suponía el 2,82%. También adelantó la posibilidad de que la deuda a diez años sitúe en niveles negativos.
La confianza del consumo se desploma once puntos
La confianza del consumidor se desplomó once puntos en agosto en relación al mes anterior, hasta situarse en 86 puntos, por la caída de las expectativas, colocándose así en valores similares a los registrados en el segundo semestre de 2014, según los datos publicados ayer por el
CIS. De esta forma, la confianza del consumidor se mantiene, por segundo mes consecutivo, en terreno negativo. La valoración de los consumidores sobre la evolución general de la economía disminuyó 15,4 puntos.