Daesh trata de poner orden en sus filas para que los atentados tengan la mayor efectividad y evitar acciones improvisadas que no hayan sido ordenadas “por Alá a través de sus príncipes”, según señala la banda yihadista en el número 198 de su revista “Al Naba”, en la que, como en números anteriores, se alegra de los tiroteos que se producen en Estados Unidos, que vincula con los “mundos de la incredulidad” (infieles cristianos).
Señala que a veces los combatientes creen que lo están haciendo bien, pero fallan porque no guardan el “secreto y el camuflaje”. La solución, como siempre, está en Alá, que sirve de “guía en cualquier caso”. Por supuesto, los encargados de la interpretación de sus designios son los cabecillas de la banda, a los que hay que obedecer. En definitiva, la misma estrategia seguida en Siria e Iraq entre 2014 y 2019, que entonces pudieron aplicar mediante el terror y la eliminación de los disidentes, pero que ahora, con la dispersión de las wilayas (franquicias), resulta más complicado.