Intimidar a reporteros para influir en las coberturas es táctica de dictadores y no tiene lugar aquí, afirma el senador demócrata Jeff Merkley
Los agentes de derecha aliados con el presidente Donald Trump están tratando de recaudar al menos dos millones de dólares para financiar una campaña para desacreditar a periodistas y editores en los principales medios de comunicación estadounidenses, como el Washington Post, Buzzfeed, The New York Times y HuffPost, afirma un reporte publicado en Common Dreams.
Eso es de acuerdo con un lanzamiento de una cruzada de recaudación de fondos de tres páginas, para ese esfuerzo, analizado por Axios, que informó el martes que el grupo de aliados de Trump «afirma que deslizará información dañina sobre reporteros y editores a “medios de comunicación amigables”, como Breitbart, y medios tradicionales, si es posible».
Una persona involucrada en la recaudación de fondos para la campaña, según Axios, es el agente republicano Arthur Schwartz, un asesor informal de Donald Trump Jr. y defensor agresivo de la Casa Blanca.
Los críticos se apresuraron a dar la alarma sobre el proyecto. Justin Hendrix, director ejecutivo de la organización tecnológica NYC Media Lab, calificó el esfuerzo como «un ataque desnudo a la prensa libre». Axios informó que el esfuerzo de recaudación de fondos es una señal de que «la guerra de Trump en los medios de comunicación se está expandiendo».
«El folleto para el nuevo proyecto», según Axios, «dice que es “apuntar a la gente que produce las noticias”». La historia de Axios llega poco más de una semana después de que el diario The New York Times informara que la red de aliados de Trump está planeando una operación para recorrer las cuentas de las redes sociales de los periodistas, así como de los miembros de sus familias, en un intento de encontrar y publicitar algo «potencialmente vergonzoso».
Según el Times, el grupo ya ha publicado información sobre periodistas de CNN, The Washington Post y The New York Times, tres medios de comunicación que han investigado agresivamente al Sr. Trump, en respuesta a los informes o comentarios que los aliados de la Casa Blanca consideran injustos para el Sr. Trump y su equipo, o perjudiciales para sus perspectivas de reelección.
Los operarios han examinado detenidamente durante más de una década el valor de los mensajes públicos y las declaraciones de periodistas, dijeron las personas familiarizadas con la operación. Solo una fracción de lo que la red dice haber descubierto se ha hecho pública, y tienen más que revelar a medida que las elecciones de 2020 se calientan. Se dice que la investigación se extiende a los miembros de las familias de los periodistas que están activos en la política, así como a los activistas liberales y otros opositores políticos del presidente.
En respuesta al informe del Times, el senador Jeff Merkley (demócrata por el estado de Oregon) dijo que «intimidar a los periodistas para influir en la cobertura es una táctica de dictadores y no tiene lugar aquí», señaló Common Dreams.
«Una prensa libre —donde los periodistas pueden seguir cualquier historia, independientemente de las agendas de los políticos o de los administradores—, dijo Merkley.
No es único este caso, Euro News publicó a mediados de agosto que la Casa Blanca estaba preparando una orden ejecutiva que limitaría las protecciones legales otorgadas a las empresas de redes sociales sobre el contenido publicado en sus sitios, dando así a las agencias gubernamentales estadounidenses el poder de mediar sobre cómo las empresas de redes sociales deciden el contenido.
Parece ser el último desarrollo en la guerra de Donald Trump, sobre lo que afirma que es un sesgo contra las opiniones conservadoras en sitios como Facebook y Twitter.
CNN Business obtuvo una copia de un proyecto de orden ejecutiva titulado Protegiendo a los estadounidenses de la censura en línea, que exige que la Comisión Federal de Comunicaciones desarrolle nuevas regulaciones sobre la ley, y al mismo tiempo que gritan sobre «censura» por parte de las compañías privadas, ahora proponen su regulación y, por tanto, la intromisión del Gobierno, según dijo Berin Szóka, presidente de TechFreedom —un grupo de expertos con sede en Washington DC— quien calificó esa nueva doctrina para internet de «asombrosamente hipócrita».
A pesar de sus acusaciones de parcialidad a las empresas de redes sociales, Trump no ha aportado pruebas, dijo Euro News.
El mes pasado, el Presidente dio la bienvenida a provocadores conservadores de las redes sociales en la Casa Blanca para una llamada cumbre de redes sociales, apuntó la agencia noticiosa europea, y en ella dijo: «No vamos a ser silenciados», al quejarse de las fluctuaciones en el número de sus seguidores en Twitter. «La gran tecnología no debe censurar las voces».
Sin embargo, lo que proponen sus seguidores y las nuevas regulaciones debe ser a su favor.
