Hasta cuatro diputados de C's en el Congreso, entre ellos la portavoz, Inés Arrimadas, desembarcaron ayer en Barcelona para anunciar un «plan de choque» contra el incontenbile auge de la inseguridad que sacude Barcelona. El partido naranja, que se reunió con ocho sindicatos policiales y ocho entidades sociales, desgranó hasta cuatro medidas legislativas de ámbito estatal, que tiene la intención de vehicular a través de la cámara baja, para poner freno a la delincuencia en la capital catalana. Entre las iniciativas, propone expulsar a inmigrantes irregulares que hayan reincidido, modificando la Ley de Extranjería. «No hay derecho que haya personas en nuestro país que han venido, que están en situación irregular, que delinquen y no podamos hacer nada», aseguró Arrimadas, que estuvo acompañada de diputados como Miguel Gutiérrez; Joan Mesquida o Carina Mejías.
C's también planea endurecer el Código Penal para que delitos menores como los hurtos puedan ser castigados también con la cárcel. En este sentido, el partido naranja propone que la comisión de tres hurtos puedan suponer penas de prisión. Esta medida, con el objetivo de castigar la reincidencia, es una de las que han reclamado con insistencia en las últimas horas desde la conselleria del Interior y desde la concejalía de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona. La tercera medida que plantean los naranjas pasa por regular de manera integral la lucha contra la ocupación ilegal ante la certeza de que «muchas veces» se esconden detrás de esta práctica «refugios de mafias y redes criminales».
Finalmente, la cuarta medida pretende incrementar la presencia policial en las calles y reforzar las fuerzas y cuerpos de seguridad, algo que parece que en los próximos meses se va a materializar pese a que seguirá lejos de las necesidades. En este sentido, a partir de septiembre se incorporarán a Barcelona 320 agentes de Mossos d'Esquadra, que se unen a a los 139 agentes de la Guardia Urbana que empezaron a finales de junio. Si bien, los sindicatos exigen 1.500 más, además de mejorar los recursos materiales para afrontar las nuevas amenazas que se ciernen sobre la ciudad. Arrimadas, en todo caso, responsabilizó a Colau de la inseguridad de Barcelona por la «mala planificación» y el permanente «cuestionamiento» de la policía.
