¿Por qué va a mantener el BCE los tipos bajos?
La inflación de la Eurozona está estancada en el 1%, la mitad del objetivo al que debe intentar acercarse el BCE. Debido a ello, y a el empeoramiento de las economías europeas, el presidente del BCE, Mario Draghi, anunció en julio que se prolongarían los tipos bajos hasta la primera mitad de 2020 y que preparaba un paquete de medidas de estímulo para reactivar la actividad europea. Lagarde, que es la candidata del Consejo Europeo a dirigir el BCE desde el próximo noviembre hasta 2027, y piensa continuar la política de Draghi con políticas poco convencionales: desde variar el objetivo de inflación hasta nuevas compras de deuda.
¿Quién pierde con esta política de tipos bajos?
Los ahorradores, que ven cómo sus depósitos apenas se remuneran y, en casos de empresas, los bancos están empezando a cobrar a sus grandes clientes por guardar su dinero. El sector financiero es otra de las víctimas de la política del BCE, ya que este le cobra una tasa del -0,4% por los depósitos que deja aparcados en el supervisor y, al bajar los tipos, deja con menor margen a las entidades para elevar sus ingresos vía intereses.
¿A quién beneficia?
Los tipos de interés bajos benefician a los deudores, ya que les permite pagar menos por sus deudas además de abaratar los nuevos préstamos. De esta forma, los hipotecados -que ven cómo el Euribor está en negativo-observan mes a mes cómo los intereses que pagan por sus préstamos se mantienen a raya. Esto se traslada al terreno macro: los países con abultadas deudas pagan menos intereses por colocar su pasivo. Es el caso de España, que pese a tener una deuda del 98% del PIB, paga un interés mínimo histórico por las nuevas emisiones, e incluso cobra por colocar deuda pública en letras a doce meses. Además, beneficia al consumo y la inversión, ya que abarata la financiación de la economía a través de créditos baratos. De ahí que el BCE decida mantener más tiempo los tipos bajos para tratar de elevar la inflación -que normalmente sube cuando lo hace el consumo-.
¿Hay riesgo de deflación?
No, porque la inflación sigue en positivo, pero sí de una desinflación, es decir, un crecimiento de los precios acotado que sea parejo a un avance limitado del consumo y del PIB.