Tres meses es el tiempo que, en un principio, durarán los trabajos de excavación en la zona de la calle de Bailén donde se encontraron hace unos días restos arqueológicos que podrían corresponderse con parte de la tercera ampliación de las caballerizas reales que mandara construir Felipe II en el siglo XVI. El Ayuntamiento –responsable de las obras de reforma de la Plaza de España, donde se localizaron los hallazgos– había pedido permiso al Gobierno regional para comenzar cuanto antes con estas tareas. Y el visto bueno llegó ayer.
En efecto, la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad ha autorizado el plan de excavaciones que el viernes le remitió el área de Obras, que dirige Paloma García Romero (PP). De esta forma, se cumplía la petición del alcalde, José Luis Martínez-Almeida, que en visita a la zona el pasado miércoles solicitaba agilizar los trámites para comenzar cuanto antes el estudio a fondo de los hallazgos y alterar lo menos posible el calendario previsto para la reforma, que se desarrolla en una zona especialmente sensible para el tráfico de la ciudad.
Zona sensible
En su resolución, la Dirección General de Patrimonio estudia el plan de excavaciones presentado por las arqueólogas responsables de estos trabajos, Esther Andreu y María del Carmen Sánchez, y las autorizan a iniciar de inmediato las tareas, que podrán prolongarse por un plazo de tres meses.
El permiso incluye la utilización de maquinaria sólo para la eliminación del asfalto y los «niveles arqueológicamente estériles», mientras que el resto de trabajos deberán llevarse a cabo por medios manuales. La zona es especialmente sensible, por la riqueza arqueológica de su subsuelo. El equipo de arqueólogas que lleva a cabo este trabajo conoce la zona a fondo: es el mismo que excavó la plaza de Oriente en 1996, cuando se llevó a cabo la construcción del túnel frente al Palacio Real, capitaneado por Esther Andreu.
Bajo el asfalto de la plaza de España y su entorno se esconden muchos restos del pasado de Madrid. Apenas se excava, es posible encontrar elementos de cierto valor. De hecho, ayer mismo se hallaron, en la calle de Ferraz, partes de la estructura de un muro de un metro por 0,80 centímetros, hecho de ladrillo macizo. Un descubrimiento que los expertos aún estaban valorando, pero que por las dimensiones de los ladrillos con que están hechos (0,30 x 0,16 x 0,06 cms.) y el tipo de argamasa utilizada –de cal, y bastante sólida– podría ser de finales del siglo XVIII o del XIX. De momento, la obra quedó paralizada también en esta parte, a la espera de ulteriores estudios.
Acceso al Senado
Ya con los permisos concedidos, Andreu y su equipo podrán poner manos a la obra en su proyecto de excavación en Bailén. De momento, saben que se van a encontrar con un área cuajada de canalizaciones: de agua para riego de los Jardines de Sabatini, el Senado y las viviendas circundantes; colectores; cableado de teléfono y semáforos; canalizaciones antiguas en desuso y «la galería de grandes dimensiones que surca toda la calle de Bailén en sentido sur-norte, hacia la Calle Mayor» ya vistas en anteriores trabajos, situada en la acera del lado oriental, señalan en su plan de excavación.
Lo primero que se va a abordar es la desviación del acceso al Senado, para que los trabajadores puedan acceder al aparcamiento de esta institución. Esto permitirá «ampliar el área actual de yacimiento hacia el este, hasta la línea de la acera».
No descartan la necesidad de hacer un muro pantalla al llegar a la altura de la gran galería, para «asegurar que las viviendas existentes no sufran ninguna afectación por el vaciado arqueológico, y por otro lado que el resto de excavación pueda realizarse con seguridad, sin miedo a un corrimiento».
Habrá cinco zonas de excavación y los trabajos se iniciarán en las del sur, para «retomar las estructuras ya documentadas en los 90».
