La revista «Nature» muestra en su último número algo que parece insignificante pero que supone una hazaña importantísima en la evolución de la vida en la Tierra: el rastro dejado por un «gusano» antes de morir hace medio billón de años. El camino marcado en el terreno supone una de las primeras evidencias de movilidad animal, lo que indica que ya entonces algunas, pocas, especies, eran capaces de moverse. Pero además, por primera vez, aparece junto al fósil de la criatura que lo creó, algo completamente inédito en esa época temprana.
Los investigadores de la Academia de Ciencias de China y la Universidad Estatal de Virginia (EE.UU.) anunciaron en junio del pasado año el hallazgo de senderos y madrigueras dejados por los apéndices de un animal desconocido hace unos 550 millones de años en la región de las Tres Gargantas del río Yangtsé. Sin embargo, no había fósiles de cuerpos relacionados. Ahora, nuevos hallazgos han permitido conocer cuál era la criatura que se arrastraba dejando su impronta sobre la superficie. La han llamado Yilinga spiciformis (algo así como insecto puntiagudo de Yiling, la localidad cercana a donde fue encontrada).
Los investigadores han encontrado una treintena de fósiles, aunque solo uno se encuentra al lado de su rastro, dejado justo antes de su muerte. El animal era parecido a un milpiés de 5 a 26 mm de ancho y hasta 27 cm de largo que arrastraba alternativamente su cuerpo a través del suelo fangoso del océano y descansaba a lo largo del camino, dejando senderos de hasta 60 cm. Se trataba de una criatura alargada y angosta, con el cuerpo dividido en más o menos 50 segmentos, un lado izquierdo y derecho, una espalda y barriga, y una cabeza y una cola. Vivió en el período Ediacarán, mucho antes de la época de los dinosaurios o incluso del supercontinente Pangea.
Toma de decisiones
Sorprendentemente, el hallazgo también marca lo que puede ser la primera señal de toma de decisiones entre los animales: los senderos sugieren un esfuerzo para moverse hacia algo o alejarse de algo, tal vez bajo la dirección de un sistema nervioso central sofisticado. La movilidad de los animales provocó impactos ambientales y ecológicos en el sistema de la superficie de la Tierra.
«Somos el animal más impactante en la Tierra», afirma Shuhai Xiao, coautor del estudio e investigador de la Universidad Estatal de Virginia. «Dejamos una gran huella, no solo de la locomoción, sino de muchas otras actividades relacionadas con nuestra capacidad de movimiento», señala.
«Este es un hallazgo notable de fósiles altamente significativos. Ahora tenemos evidencia de que los animales segmentados estaban presentes y habían ganado una capacidad para moverse a través del fondo del mar antes del Cámbrico, y más notablemente podemos vincular al fabricante real del rastro con el rastro», indica Rachel Wood, profesora de la Facultad de Geociencias de la Universidad de Edimburgo en Escocia, que no participó en el estudio. «Tal preservación es inusual y proporciona una visión considerable de un paso importante en la evolución de los animales».