El nuevo curso escolar está a la vuelta de la esquina, y con él volverán las prisas y los tediosos atascos. Más del 40% de los escolares de entre 8 y 12 años van en coche a clase cada día, una costumbre que podría modificarse apostando por otras formas de desplazamiento más sostenibles, lo que supondría una reducción de la contaminación debido al menor uso del coche.
Cada día son más las iniciativas de padres y centros escolares para favorecer por un lado, la movilidad sostenible y, por otro, hábitos saludables. Con esta idea surgen los pedibuses, un programa que permite que niños de Infantil y Primaria, dirigidos por uno varios monitores, lleguen andando en grupo andando desde casa a clase.
«Puede ser tan informal como dos familias haciendo turnos para llevar caminando a los niños cada día, o tan estructurado como una ruta con puntos de encuentro, un horario de paso por parada y un calendario rotatorio de voluntarios entrenados o profesionales», explica Fernando Hidalgo, cofundador de Trazeo herramienta desarrollada para facilitar la creación y organización de pedibuses. La aplicación es gratuita, permite la creación y organización de pedibuses y cualquiera puede descargársela para organizar estas rutas. No obstante, la posible contratación de monitores si son necesarios es algo que compete al centro escolar o la localidad en las que se implanta de manera oficial.
Solución creativa para cambiar hábitos
«Hoy día tecnologías como Trazeo permiten resolver algunos de los problemas a los que se han enfrentado con más dificultad las comunidades que los han puesto en marcha, como la comunicación en tiempo real entre los miembros del grupo, la información sobre la participación o no de los niños cada día, el poder conocer la posición del grupo mientras éste está en marcha, y la introducción de refuerzos positivos para los participantes», explica Hidalgo quien puntualiza que «los estudios muestran que cada vez son menos los niños que caminan y van en bici al colegio, y más los que lo hacen en vehículos motorizados. Los que lo hacen, cada vez lo hacen más con la supervisión directa de sus padres u otros familiares, sin la oportunidad de compartir el camino con otros niños de su edad y de aprender a desenvolverse con autonomía en su entorno más cercano. A su vez, existe una tendencia creciente de más niños en riesgo de sobrepeso por la poca actividad física que desarrollan. Cambiar los comportamientos de los niños y los padres requiere de soluciones creativas que sean seguras y divertidas a la vez. Poner en marcha un pedibus puede ser ambas cosas a la vez».
Inventado en Australia, el pedibus o walking school bus, es utilizado desde hace décadas por comunidades escolares y son populares en Nueva Zelanda, Australia, Estados Unidos, Reino Unido y algunos países de Europa. En España, diversas ciudades lo están poniendo en práctica. En Madrid, la localidad de Torrelodones ha sido una de las pioneras en ponerlo en marcha y para ello ha mejorado y hecho más seguras las aceras que permiten acceder a lo centros escolares, ha creado nuevos caminos a través de zonas verdes para acortar los tiempos de llegada, mejorado los entornos de los colegios para incrementar la seguridad infantil o fomentar la medida entre padres y profesionales de la docencia.
La movilidad sostenible comienza a ser una prioridad en la agenda hasta el punto que la Dirección General de Tráfico (DGT) ha desarrollado un programa de apoyo a este tipo de iniciativas, a través de www.caminoescolarseguro.com donde se señala que «reducir el número de vehículos a motor que trasladan a los niños al colegio, aminorando el exceso de emisiones contaminantes y el ruido, actuando en favor de la mejora del medio ambiente, la recuperación del espacio público y la seguridad vial infantil». Otras iniciativas fomentan el uso de la bicicleta, como el programa STARS para alumnos de entre 6 y 19 años que quieran ir al colegio a golpe de pedalada.
