A falta de apenas cuatro días para el cierre definitivo del mercado de fichajes veraniego, tiene pinta que en el futuro de Neymar se va a hablar francés. O al menos eso invita a pensar la estampa que a primera hora de esta tarde podía verse en Saint-Germain-en-Laye, el enclave donde se ubica la ciudad deportiva del PSG. El delantero se entrenó con total normalidad con el resto de sus compañeros, y, pese a que estaba disponible para su entrenador, no jugará este viernes frente al Metz.
Lo normal sería que, de haber un acuerdo, el brasileño estuviera ya más pendiente de preparar las maletas que de otra cosa. Más aún cuando su historial de lesiones no invita ni mucho menos al optimismo, fragilísimo es quinto metatarsiano que tantos disgustos le viene dando en los últimos tiempos.
Por lo pronto, el equipo de Tuchel juega mañana su partido de la tercera jornada de la Ligue 1, en el campo del Metz. No estará Neymar, de nuevo fuera de la convocatoria del técnico alemán, y parece evidente que no competirá hasta que su continuidad quede asegurada. Si es que se queda, claro está.
De este modo, por más que el Barcelona hiciese el pasado martes un órdago a la grande enviando a una comitiva para negociar el fichaje directamente con Leonardo, el director deportivo del PSG, las exigencias económicas de los galos parecen haber levantado un imposible para las actuales cuentas del Barcelona, desgastadas este verano por las contrataciones de Griezmann, De Jong, Firpo y Neto. Pero la puerta sigue abierta. Habrá que estar atentos a los acontecimientos.