El Gobierno de Estados Unidos le ha ofrecido una amnistía a Nicolás Maduro si abandona el poder en Venezuela de forma voluntaria, aunque quienes la han puesto sobre la mesa admiten que es muy poco probable que sea aceptada. «No lo perseguimos a él. Queremos que tenga una salida digna y se vaya», según dijo el representante especial de EE.UU. para Venezuela, Elliott Abrams, en una entrevista concedida este jueves al diario «The New York Times».
El Gobierno norteamericano mantiene contactos con altos funcionarios del chavismo, a los que ha invitado a formar parte de la transición a la democracia siempre con la condición de que retiren el apoyo a Maduro y a su principal valedor, el régimen cubano. Entre esos jerarcas que Washington trata de sumar a la causa del cambio se encuentran Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, y Vladímir Padrino, ministro de Defensa.
En abril un pronunciamiento pacífico de la oposición democrática apoyado por EE.UU. intentó que Maduro abandonara Venezuela con destino a Cuba. La diplomacia norteamericana reveló posteriormente que había estado en contacto con altos mandos del chavismo, como el propio Padrino o el presidente del Tribunal Supremo, Maikel Moreno, pero varios de ellos se echaron atrás en el último momento.
Desde entonces, la Casa Blanca y la diplomacia norteamericana han intentado reanudar los contactos y sumar a ministros y generales a la causa que lidera el presidente encargado Juan Guaidó, con el objetivo a medio plazo de que haya elecciones libres en Venezuela, con la concurrencia del chavismo pero sin Maduro en las papeletas.
A pesar de las duras rondas de sanciones que han golpeado a altos mandos del chavismo, incluida la familia de Maduro, el embajador Abrams mantiene que este tiene todavía a su alcance una vía de salida: «No queremos juzgarle; no queremos perseguirle. Sólo queremos que deje el poder».