Ha vuelto a pasar. Al igual que ocurriera con el famoso Ecce Homo de Borja (Zaragoza) o el más reciente caso del San Jorge de Estella (Navarra), manos inexpertas sin conocimiento en restauración han intervenido en el patrimonio con funesto resultado. Las víctimas han sido esta vez dos tallas anónimas, presumiblemente de la escuela sevillana del siglo XVIII, con las imágenes de Santa María Egipcíaca y de San José, que estuvieron expuestas en el retablo mayor del Santuario de Nuestra Señora de Setefilla de Lora del Río (Sevilla), pero que hacía ya unos años que habían sido retiradas por su deterioro y almacenadas.
El profesor e historiador sevillano Jesús Romanov López-Alfonso alertaba en las redes sociales de la desafortunada intervención. «Las esculturas han sido totalmente repintadas tanto en su encarnadura como en sus ropajes, sobre el que se ha realizado una nueva decoración con motivos dorados sobre la original», explicaba en su página de Facebook antes de preguntarse: «¿Dónde anda la comisión de arte del Arzobispado de Sevilla? ¿Dónde anda la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía? ¿Hay encargados de patrimonio en los Ayuntamientos? ¿Qué manos son las que gestionan en las hermandades y Parroquias las obras de arte?».
Ambas obras «originalmente presentaban rasgos de calidad en sus ricos ropajes adornados con una excelente gama de estofados en oro y diferentes ornamentos que hacían del conjunto un gran punto de interés en el patrimonio del lugar», según asegura en Twitter el historiador del arte loreño Álvaro Morales. La Hermandad Mayor de Nuestra Señora de Setefilla encargó su restauración a un autodidacta escultor sevillano, Juan José Negri, que comenzó «quitando la pintura, arreglando las grietas que sufrían» y «decapando» hasta «dejar las imágenes en la madera directa», según recoge en su boletín informativo.
«Las imágenes han sido totalmente decapadas, eliminando cualquier rasgo de la pintura original», denuncia Morales, sorprendido de que en el artículo se reconozca «descaradamente» y «sin pudor alguno» el trabajo mal hecho. «Si se decapa totalmente la policromía original del siglo XVIII, #NoEsRestauración, es una mutilación», añade el historiador del arte loreño.
¡HA VUELTO A OCURRIR!
Desgraciadamente en esta ocasión me toca muy de cerca, mi pueblo. ¿Hasta cuándo vamos a seguir aguantando que personas que no se dedican de manera profesional a la restauración sigan masacrando nuestro patrimonio?#NoEsRestauración#SOSPatrimonio#MasACRE pic.twitter.com/mrdck3VVcC— Álvaro Morales (@AlvarArte)
August 28, 2019 Tras tapar los ensambles «con fibra de vidrio» y reforzar parte de la estructura interna, sustituyendo piezas originales por otras de nueva factura, continúa el artículo del boletín de la Hermandad, se puso una «nueva capa de estuco, que es donde va a reposar la policromía e imprimaciones».
Así, el estofado de calidad de la santa fue sustituido por «motivos de acanto y carnaciones reinterpretadas sin seguir ningún patrón», según Morales.
«Desgraciadamente hemos perdido dos obras pictóricas del siglo XVIII que decoraban dos esculturas. Lo que tenemos ahora es un 75% barroco con 25% de obra actual, con lo cual el aspecto final es como si fuese totalmente nuevo», se lamenta por su parte Romanov, que creía que este tipo de casos «había caído en el pasado reciente».
«Hoy es un día de luto e impotencia para el arte sevillano y de toque de atención para nuestras autoridades cofrades, eclesiásticas y civiles que deben velar para que esto no ocurra», añade el profesor tras subrayar que «la restauración es algo muy serio que no puede ponerse en manos de personas que no tengan una preparación universitaria, puesto que por muy buena intención que se tenga si no hay una base académica toda actuación será en detrimento de las piezas».
La Asociación Profesional de Conservadores y Restauradores de España (ACRE) ha expresado su «indignación» ante esta nueva intervención y subraya, una vez más, que «no es restauración».
Trabajos de traslado de la pieza - ABC
Daños en el ara de Bacauda de Cabra
El ara de Bacauda, una de las piezas arqueológicas más importantes que se custodian en Cabra (Córdoba), fue desmontada hace una semana y trasladada de la Iglesia de San Juan Bautista a las dependencias del Museo Arqueológico de Cabra para que un equipo de expertos examine si ha sido objeto de daños después de que la parroquia la convirtiera en el pie del altar sin autorización, según informó ABC de Sevilla. La pilastra con letras góticas que consagra la iglesia a Santa María en el 650 después de Cristo está considerada la epigrafía mariana más antigua de la diócesis cordobesa. Recibe el nombre de Bacauda, un importante prelado de la época que participó en el Concilio de Toledo. se encontraba expuesta exenta, sobre el suelo, pero según publicó diario «Sur de Córdoba», fue incorporada como base de un altar, «adaptándola» a su nueva función, al parecer con una lijadora.