El modelo de la policía metropolitana, dicen los alcaldes y el gobernador, será el que se usó en La Laguna. Quien más insiste en ello es el alcalde de Zapopan, Pablo Lemus, pues se trata de enfatizar que en ningún momento los municipios ceden el control de los recursos ni de los elementos, cada municipio tendrá su comisario y la designación de éste será atribución exclusiva del alcalde. ¿En qué consiste entonces el modelo Laguna?
La Laguna es quizá la zona metropolitana políticamente más compleja del país. La conforman cuatro municipios; dos en Coahuila, Torreón y Matamoros, y dos en Durango, Gómez Palacio y Lerdo, divididos por el río Nasas. Además de ser dos estados distintos, con policías estatales bajo mandos propios, hay también dos zonas militares distintas, con comandantes en cada una de ellas y, para colmo, suele suceder con alcaldes y los gobernadores son de partidos diferentes. Esta condición hacía imposible una policía con mando único, mucho menos una sola corporación administrativamente hablando.
De acuerdo con Javier Garza, uno de los periodistas más destacados no solo de La Laguna sino del país, el modelo de coordinación tuvo una gran virtud: al ser una general quien encabezó el modelo se logró que todos los mandos, federales, estatales y municipales, se sometieran a una sola estrategia y sobre todo a una sola coordinación. La zona de la Laguna, asolada por los Zetas, y luego sumergida en una lucha por el control de ese punto estratégico del país entre Zetas y Sinaloa, vio incrementarse el número de homicidios de cifras que rondaban los cien al año a más de mil. Esto es, de un asesinato cada tres días a tres por día, con absoluta confianza para los criminales de que bastaba cruzar el río para gozar de impunidad. Gracias al modelo de coordinación que implementaron hace seis años -y sin duda también a la derrota de los Zetas en todo el país- hoy La Laguna regresó a los índices de homicidios similares a los que tenía antes de la “guerra”, pero sobre todo logró combatir otros delitos (robo, extorsión, asalto, etcétera) que permitió a la sociedad lagunense vivir con mayor tranquilidad.
El éxito del modelo parece estar más vinculado a la capacidad de mando del jefe de la policía metropolitana, a voluntad de coordinación y a la implementación de estrategias comunes que con la compra de armamentos o patrullas. Dicho en otras palabras, el éxito de la policía metropolitana está más vinculado con factores políticos y de continuidad que con grandes anuncios o acciones impactantes. Hay, sin duda, que darle el derecho de la duda, pero también es urgente que los mismos alcaldes y el gobernador despejen la gran cantidad de dudas sobre el futuro de nuestra seguridad.
(diego.petersen@informador.com.mx)
