La congruencia suele ser vista como una característica fundamental para entender a los seres humanos: mantenerse prácticamente con las mismas ideas, más allá de las experiencias de vida e, incluso, del crecimiento profesional, que de pronto llevan por caminos diferentes.
El ensayista francés Georges Bernanos (1888-1948) podría ser considerado como uno de esos pensadores que entendió el momento que le tocó vivir, no necesariamente acomodarse: de convicciones religiosas profundas, en los primeros años de su vida estuvo más cerca de la ultraderecha y hasta llegó a simpatizar con el franquismo, pero con el transcurrir de los años, su visión del mundo empezó a cambiar.
Autor de Bajo el sol de Satán o Los cementerios bajo la Luna, en Bernanos se encuentra un pensador que supo dialogar con los momentos que le tocó vivir, en gran parte cuando decidió salir de Francia, no al exilio precisamente, aun cuando hubiese llegado ese momento más temprano que tarde por la guerra mundial.
En su obra recuperada en español, Francia contra los robots, Phillipe Olle-Laprune retrata en la introducción a quien, por ejemplo, al conocer la guerra civil española a fondo, modifica sus posturas: “al inicio de la guerra, por razones ideológicas, es partidario de Franco; después evoluciona y cambia por completo de opinión gracias a sus análisis de la situación”.
En Europa rompe con los pensadores de extrema derecha, por lo cual se viene a América: su sueño es Asunción, pasa por Buenos Aires, pero el espíritu lo alcanza en Río de Janeiro, donde encuentra todos los ingredientes para construir un pensamiento que apuesta por la verdad y por la libertad.
Francia contra los robots, publicado por HarperCollins —apareció hace ya 75 años—, no deja de ser vigente; una mirada crítica tanto al capitalismo como al comunismo, al Estado y a la propiedad privada, pero también una advertencia: “Todos los dictadores, de todas las épocas de la historia, invocaron a la justicia social, y siempre en nombre de la Igualdad se estranguló la Libertad, no puede haber igualdad más que bajo un amo absoluto”, escribió Georges Bernanos hace más de siete décadas.
VEREDICTO
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