La madrugada del martes al miércoles se posaron en Valladolid 1.025 pájaros de barro pintados de amarillo, rojo y morado. Nadie sabía de donde provenía la bandada que anidó en calles, plazas y parques de la capital y algunos apuntaban a que el artista Manolo Sierra tenía algo que ver por la simulitud de estas aves de cerámica con una de sus obras.
No iban mal encaminados y es que hoy se ha resuelto el misterio. La Fundación Intras ha publicado en su web un comunicado en el que se confiesa autora de este «proyecto colectivo» de «liberación, arte urbano e intervención en el paisaje» que ha sido diseñado y creado por Manolo Sierra en su santuario de Babia (León). Además, decenas de personas con malestar psíquico y profesionales de la Fundación moldearon, lijaron y pintaron las 1.025 piezas numeradas en los talleres que Intras tiene en su Centro de Día de Toro (Zamora).
El proyecto llamado «¡Pájaros a volar!», aunque bautizado en las redes sociales como «Vallapájaros», tiene como misión «generar una reflexión en torno a la diversidad, la singularidad y la libertad con la salud mental y el malestar psíquico como telón de fondo». La Fundación sin ánimo de lucro ha querido conmemorar así sus 25 años de servicio en los que ha acompañado y «acompaña a personas con problemas de salud mental en la recuperación de sus proyectos de vida».
Desde Intras afirman que las figuritas «han salido del cascarón y se han vestido con las plumas de la recuperación, el empoderamiento, la autonomía y las ganas de vivir en libertad» y, además, han desvelado el proceso de creación de esta obra en tres vídeos que se pueden encontrar en su página web.