Buena parte del mundo tiene puesta su vista sobre las pantallas. Trabajo, información, o simplemente entretemiento. Y es la del entretenimiento una tarea que ha recaído en los videojuegos y que permanece en constante evolución. Pocos imaginarían que estos productos llegarían a ser lo que son hoy; y menos cuando las limitaciones tecnológicas de sus inicios permitían poco más que crear juegos que consistían en ordenar bloques.
La aparición de las primeras computadoras electrónicas en los años 50 dio origen a los videojuegos, aunque no sería hasta finales de los 70 cuando se terminaron de popularizar gracias a la videoconsola Atari 2600 y a las máquinas «arcade», dando lugar a la denominada «Era Dorada de los videojuegos arcade» y de los salones recreativos. A pesar de ello, los avances tecnólogicos relegaron lentamente a un segundo plano a este tipo de consolas.
La creatividad de la siguiente década sería una fuente de inspiración durante los años venideros. «Street Fighter», «Castlevania», «La leyenda de Zelda»... El «boom» de esta industria llegaría en la década de los 80 con sus dos primeros y grandes éxitos, proviniendo de la mano «Pacman», de origen japonés, y del «Tetris», de origen soviético. Fue en esta época cuando nació otro clásico cuya fama nunca ha pasado de moda, el «Super Mario Bros». «Duck Hunt» y «Frogger» lograron ganar una buena reputación, aunque el paso del tiempo no les trató como al resto de los buques insignia del momento.
Si se habla de videojuegos y de los años 90 es imposible no nombrar a «Pokémon», un superventas desde el momento en que salió la primera entrega hasta el día de hoy. La saga de «Mario Bros» aumentaría su hegemonía en popularidad y ventas gracias a numerosas entregas, como «Super Mario World», «Super Mario 64», «Super Mario Land 2: 6 golden coins» y «Super Mario All-Stars». Sin embargo, la verdadera revolución la trajo Nintendo con el lanzamiento de la Game Boy, ganándose a los «gamers» del momento al tratarse de una consola portátil y colocándose así como referente en la industria del videojuego.
La década de los 2000 significó el segundo gran despegue de Nintendo, tras su éxito cosechado en la década anterior. La Wii, a la que dio a luz la compañía en 2006, colocó rápidamente sus títulos propios en el podio de los más vendidos de la historia, que a día de hoy se mantienen como el «Wii Sports», «Wii Sports Resort», «Wii Fit» y «Wii Fit Plus». «New Super Mario Bros» y «Mario Kart» definieron una década en la que no cabía no tener una consola Nintendo.
Por otro lado, la franquicia «Grand Theft Auto» fue ganándose al público y a la crítica con su tercer y cuarto título o el famoso «San Andreas». Sin embargo, no sería hasta el decenio siguiente cuando lanzase «GTA V», rompiendo todos los récords de venta de videojuegos, solo por detrás del «Tetris» y el «Minecraft». En esta época se fraguarían otras sagas como «Assassin’s Creed», el primer «Call of Duty4: Modern Warfare» o «Uncharted» que acabarían derivando en varios de los triple A más exitosos y jugados de todos los tiempos.
El mercado en la actualidad es más exigente: el público se asienta y la industria empieza a tener un reconocimiento acorde a su dimensión. La excelencia técnica y visual se da por sentada y las grandes desarrolladoras compiten ferozmente por crear el éxito del año. Es el caso del mencionado superventas «GTA V», pero también de los lanzamientos a cargo de «Battlefield», «Call of Duty», «Assassin’s Creed», «Far Cry» o «Uncharted».
Después del «boom» del «Minecraft» a principios de la década (considerado ya el más vendido), otros intentarían tomar su relevo como el título de masas por excelencia, capaz de contentar tanto al público más jóven como al adulto. No sería hasta 2018 cuando llegaría «Fortnite» para ocupar este puesto con buenas perspectivas de cara a los próximos años.
Es una década de gran éxito para las compañías más grandes, dando lugar a diferentes joyas como «The Elder Scrolls V: Skyrim», «Dark Souls III», «Red Dead Redemption» I y II, «Gears of Wars III» o «Diablo III», aunque siempre con algo de margen para que nazcan otros títulos más independientes, mayoritariamente en nuevos soportes como el smartphone.
