Durante muchos años la economía en ciertos estados de la República ha sufrido un letargo.
En cierto modo ha habido una balcanización de la economía mexicana debido al proceso de integración de la economía nacional a la economía global, dejando a estados “triunfadores”, por así decirlo, y en la orfandad a otros.
Por un lado tenemos en el norte del país estados pujantes e industrializados como Coahuila y Nuevo León, en el centro tenemos la región del bajío, la zona que ha crecido más económicamente en los últimos años alcanzando tasas de crecimiento del 6% en estados como Aguascalientes y Querétaro, mientras que el sur ha estado en el ostracismo de las grandes inversiones y ajeno a los procesos de integración de la economía nacional; la inversión pública y extranjera no ha estado presente en esta región, los estados del sur, a diferencia de sus pares del norte y centro, han tenido un decrecimiento económico en los últimos años.
La balcanización de la economía mexicana es el resultado de una mala planeación en materia de política industrial, es cierto que el TLCAN (ahora T-MEC) coadyuvó al desarrollo económico del país, pero solo para ciertos estados, entidades sureñas como Chiapas, Guerrero y Oaxaca nunca fueron incorporadas al proceso de integración económico, ya sea por cuestiones políticas, por ineficiencia de los gobernantes o por no tener debidamente estructurado un plan de política industrial.
El modelo económico de los últimos 37 años dejó fragmentada la economía nacional, por ende es deber del Gobierno Federal crear una política industrial que permita aglutinar todas las actividades económicas de todos los estados de la República; el Estado tiene un papel primordial en la ejecución de la política industrial, la famosa mano invisible de Adam Smith no lo puede hacer todo.
Es de reconocer que el actual Gobierno Federal quiera detonar el crecimiento económico en el sur con proyectos de alto calado como el Corredor Transístmico que había sido pospuesto durante varios gobiernos (con este proyecto México buscará competir con el Canal de Panamá como el gran proyecto interoceánico económico-comercial del continente).
Una política industrial clara y definida es lo que requiere el país para poder aspirar a tasas de crecimiento sostenidas que permitan a México pasar de ser un país en vías de desarrollo a uno desarrollado.