La incansable afición por los actos y festejos folclóricos que exhibe el presidente de la Generalitat, Quim Torra, cada vez que puede ha vuelto a dejar al jefe del ejecutivo catalán haciendo declaraciones altisonantes un tanto absurdas. El último ejemplo se dio ayer, cuando Torra acudió a la localidad gerundense de Amer para participar en un acto de bailes populares denominado «La sardana del alcalde».
Allí, rodeado de aficionados al baile de la sardana en la población de la que es natural el expresidente cesado Carles Puigdemont, Torra afirmó que el fugado de la justicia española era «el alcalde mayor de Cataluña». «Me gustaría que nuestro país fuera una sardana donde cupieran todos, pero hoy no estamos todos, no son nuestros exiliados ni nuestros presos políticos y hay decenas de compatriotas que están encausados», añadió el jefe del gobierno catalán.
Asimismo, Torra apostó por proteger la «sardana», un baile popular que ha quedado relegado a un segundo plano en una escena folclórica catalana dominada por los «castells». «La sardana, un baile extraordinario, que nos hermana, un baile de paz que dice muchas cosas de los valores de nuestra sociedad», concluyó el presidente, según relató el Govern en un comunicado de prensa.
