El 17 de enero, el día de su quinto cumpleaños, Podemos estalló por los aires después de que el cofundador Íñigo Errejón rompiera con el proyecto que creó para presentarse a las elecciones autonómicas del 26-M bajo la marca de Más Madrid. Pablo Iglesias se quedó sin su apuesta estrella en la Comunidad de Madrid: Errejón era el número uno en su lista en la región y tuvo que medirse contra una plataforma que les sangró 20 diputados en las urnas.
El ahora exdiputado de Podemos admitió en aquel momento que sus hondas discrepancias con la dirección empezaron en 2016, cuando Iglesias tumbó la investidura de Pedro Sánchez y un Gobierno PSOE-Ciudadanos. Ocho meses después de su gran torpedo, al hoy dirigente de Más Madrid no le tiembla la voz al hablar de los errores que, a su juicio, siguen cometiendo Iglesias y la cúpula morada. Errejón se ha empleado en los últimos meses en trasladar la idea de que hay un espacio en la izquierda para un proyecto lejos del partidismo de Podemos y no ha descartado querer ocuparlo.
Durante una entrevista con el diario francés «Le Média Presse», publicada el pasado 6 de agosto, Errejón valoró que el rumbo ideológico que ha tomado el partido morado está siendo su principal lastre demoscópico. «Cometimos muchos errores, pero hubo una decisión estratégica e ideológica, y que yo no compartí en su momento, que creo que está llevando a un cierto declive de Podemos», arranca el confundador. «En 2017 Podemos ratificó su voluntad de acercarse a Izquierda Unida y convertirse ideológica, discursiva y simbólicamente en una formación política postcomunista a la izquierda del PSOE», lamenta.
Una estrategia que rompe con la idea primitiva de un partido que, según explica, «no consiguió cinco millones de votos porque fuera una fuerza política que le hablara solo a la izquierda sino que le hablaba al conjunto de los españoles que habían sufrido la estafa democrática y la corrupción, y les proponía una regeneración».
Errejón llegó a decir este año que Podemos «corre el riesgo de oxidarse» y que por eso apostó por una fuerza más transversal como Más Madrid, que le permite además desarrollar un espacio político más abierto que en Podemos no le permitían. Así, Más Madrid aterrizó el 26-M en la Asamblea de Madrid con un 14,6 por ciento de los votos, siendo la cuarta fuerza autonómica y desplazando a Podemos a sexta.
Desde La Moncloa aprovecharon esta brecha en julio durante las negociaciones de la investidura para presionar a Iglesias con el daño que le produciría la presencia de Errejón a nivel nacional si se adelantan los comicios. «En política he aprendido a no descartar casi nada», expresó Errejón en una entrevista en El Mundo, preguntado sobre si Más Madrid concurriría en unas segundas elecciones el 10 de noviembre. «Hay claramente sitio para otra fuerza progresista no sectaria», atizó después. «Yo sí hubiera aceptado la oferta de Sánchez», dijo semanas más tarde en El País. «Torpedo» Errejón.