Por cada 10 niños y adolescentes mexicanos, siete sufren algún tipo de acoso escolar, incluido el ciberbullying, la intimidación que tiene lugar en línea, y consiste en actos de provocación, hostigamiento, humillación, y violación a la intimidad en las redes sociales.
Un análisis del Centro de Estudios para el Logro de la Igualdad de Género (Celig) de la Cámara de Diputados, determinó que algunas de las consecuencias de este tipo de agresiones a los menores son la soledad, el aislamiento, la depresión e incluso el suicido.
Kids Helpline encontró en una investigación que la edad más común en la que se sufre el ciberacoso es la transición entre la escuela primaria y la secundaria, cuando los jóvenes tienen alrededor de 11 o 12 años, pero también ocurre durante la juventud.
“Como este tipo de acoso es difícil de controlar y es visible para una gran cantidad de personas es muy difícil manejarlo, por eso es importante que los padres estén atentos de cuánto tiempo pasan sus hijos en línea y cómo es su comportamiento en la red”, dice la psicoterapeuta Norma López.
Ciberacoso a la mexicana
De acuerdo con investigaciones del Centro de Estudios para el Logro de la Igualdad de Género (Celig) de la Cámara de Diputados, en México casi una cuarta parte de los adolescentes sufre de acoso escolar y ciberbullying, lo que coloca a nuestro país entre los primeros lugares del mundo con este tipo de problemas.
El análisis del Celig detalla que las agresiones se registran principalmente en instituciones educativas y en centros de recreación y al ser catalogadas como un delito, recomienda a las víctimas a bloquear a los agresores y denunciarlos ante la Policía Cibernética de la Comisión Nacional de Seguridad.
La intervención de los padres
Se calcula que solo uno de cada 10 jóvenes informa a sus papás cuando es víctima de ciberbullying. Esto debido a la vergüenza, al temor de que no le crean o que su problema sea trivializado, o por temor a perder el acceso a la tecnología.
Así que si mamá o papá sabe que su hijo es atacado en el ciberespacio, lo primero que debe hacer es ser comprensivo, escucharlo, agradecerle por abrirse a ellos, asegurarse de que sepa que no es su culpa y hacerle saber que también desea poner fin a la intimidación.
“El cerebro de tu adolescente todavía se está desarrollando. Está aprendiendo de sus experiencias y necesitará diferentes niveles de apoyo en diferentes momentos”, advierte la entrenadora australiana para padres Afra Dufrance.
Pero también existe la otra parte de la moneda y son los jóvenes que acosan a otros cibernéticamente. Así que si sospechas que tu hijo está lastimando a otros acércate a él para averiguar el motivo.
“Te ayudará a darte cuenta de lo que está sucediendo con él, como por ejemplo que esté expresando enojo por algo que otras personas han hecho.
“Lo importante es reconocer lo que está sucediendo y ayudar a tu adolescente a cambiar su comportamiento lo antes posible. Que admita su error, elimine el material ofensivo y se disculpe con quienes ha lastimado”, recomienda la psicoterapeuta Norma López.
