Usado en otras disciplinas, es hace una década que el concepto de “transformación” o “adaptación transformacional” comenzó a ser aplicado en relación al cambio climático para describir uno de sus efectos. Programada y planificada, pero muchas veces practicada de manera espontánea, la transformación es una etapa más drástica en donde las personas, grupos humanos y Estado abordan y responden a este fenómeno.
“La transformación son procesos de cambios profundos en cualquier estructura. Puede ser en las sociales, en componentes técnicos, en la normativa, en los valores en los cuales se conducen la sociedad, pero que en todos los casos son tan profundos que la entidad –ya sea un individuo o un grupo- dejan de ser el mismo”, explica la académica de la Facultad de Ciencias Agronómicas e investigadora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, Paulina Aldunce.
“El cambio en la matriz energética en Chile es un cambio transformacional”, ejemplificó la experta, porque “el sistema va a pasar de ser de una fuente basada en combustibles fósiles a una basada en energías renovables, y la velocidad de ese cambio es muy acelerada. Tanto así que es usado este ejemplo a nivel internacional”, detalló.
Otro ejemplo es cuando se cambia de uso de suelo debido a los impactos del cambio climático. “Cuando tenemos un predio que es agrícola, una adaptación incremental sería que cambie de cultivo y de riego tecnificado, pero una transformación es que ya es tan complejo seguir siendo agrícola, que cambia a un uso de suelo totalmente distinto como es habitacional”.
Como destacó la académica, la transformación también puede ser social, como está ocurriendo en algunos países donde se practicaba deportes de invierno, donde “en estos momentos tienen menos nieve. Ahí pueden responder de dos maneras: crear nieve artificial –donde gastan recursos hídricos y otros recursos como combustibles fósiles-, o trabajan en términos de una transformación valórica y dándose cuenta de que ese deporte ya no va a poder ser parte tan importante de su cultura, y que lo van a poder practicar ciertos años y no todos”.
Respecto a este último aspecto, el director del Departamento de Geografía de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Enrique Aliste, explicó desde esa disciplina “los cambios no sólo se producen desde su naturaleza física, sino que parte importante de estas transformaciones tienen que ver con la forma en cómo la sociedad valora el entorno”. Así, este tipo de fenómeno en materia climática, especificó el académico “es bien importante porque probablemente nos va a ayudar a conocer procesos nuevos a los que no estamos preparados, algo que no se ha discutido mucho”.
Este concepto ha venido siendo utilizado -como detalló la experta quien recientemente expuso sobre esta temática en la “Undécima Reunión de Diálogo en Investigación”, encuentro organizado en el marco de la Conferencia sobre Cambio Climático de la ONU, en el que también participaron la directora del (CR)2, Maisa Rojas, y el académico de la FCFM, Rodrigo Palma- principalmente en el hemisferio norte, y será prontamente puesto en la agenda pública nacional y mundial desde Chile cuando se desarrolle en la Casa de Bello la Conferencia “Transformations 2019”.
Al respecto, el profesor Enrique Aliste advirtió que si bien es importante conocer y utilizar este concepto “porque ya se está instalando como una tendencia, desde el hemisferio sur tiene que servirnos también para reflexionar nuestra condición propia. También es una oportunidad para que estos conceptos que son habituales del norte -que son importantes y relevantes, eso no se discute- eso no los transforme en intocables. Es importante decolonizar la forma en cómo utilizamos estos conceptos”.
La comprensión de este fenómeno y su abordaje en el mundo científico y en el social, insistió la experta, puede tener grandes consecuencias. “Si queremos que la sociedad sea más resiliente al cambio climático, la transformación es una aproximación muy útil para aumentar construir resiliencia y disminuir la vulnerabilidad”, dijo la profesora Aldunce, más aún cuando “las poblaciones vulnerables van a ser más vulnerables por el cambio climático, y una manera de apoyarlas es a través de implementar procesos transformativos que muchas veces va a necesitar del involucramiento de muchos actores sociales”.
El cambio climático, describió la profesora Aldunce, “es un problema complejo, con muchos actores involucrados, con mucha incertidumbre en el futuro, muchos impactos que vamos a estar viviendo por primera vez”. Ante este escenario, prosiguió, “hay algunos impactos que por su magnitud pueden resolverse con la adaptación, pero hay otros que son más a complejos y profundos”.
En ese sentido, aclaró, “la adaptación con la transformación no compiten, son complementarias. Muchas veces se presentan las dos, y cuando la adaptación no es suficiente se presenta la transformación”.
Como señaló la profesora Aldunce, el rol de las ciencias en este contexto tiene que ver “primero que nada con posicionar el tema de la transformación, luego hacer una alfabetización, es decir, transmitir qué significa en términos de cómo se implementa, de por qué es necesaria, y después ayudar a buscar las distintas maneras de poder implementar la transformación y por qué es importante”.
Todo esto en un contexto donde “las políticas públicas no han incluido la transformación de manera explícita”, porque este fenómeno y respuesta “siempre ha existido en la sociedad de manera espontánea, pero como existe así, muchas veces esa transformación puede ser positiva, pero también crear efectos negativos”. Es por ello que “la idea es que esas transformaciones también sean programadas, es decir, que sean incluidas como parte de los procesos normativos, como parte de las políticas públicas nacionales”.
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