Graduado de la Facultad de Medicina de la UA de C, el investigador y científico lagunero Andrés Hernández García,
Ha desarrollado por más de 20 años su carrera en el Colegio Médico de la Universidad de Baylor, en Estados Unidos.
Es fundador del Centro de Investigación Biomédica y el departamento de Genética en Torreón, a lo largo de su carrera ha publicado múltiples investigaciones en ediciones científicas.
Asegura que la ciencia se lleva en los genes y
¿Cómo fue ser un lagunero en la Universidad de Baylor?
Fácil no ha sido, no sólo por ser mexicano sino porque el ámbito es muy complicado.
Desde el momento en que se ingresa a una institución como Baylor, lleva uno el calificativo de que venimos de México y .
¿Qué retos puede identificar en este momento dentro de la genómica molecular?
Uno de ellos Lo que era un sueño, cuando comencé a dar la cátedra de Genética aquí en la Facultad de Medicina hace más de veinte años, era conocer la condición genética del individuo, y en esa época mis alumnos me decían que eso era un "sueño", y ahora es una realidad.
Ahora sabemos cuántos genes tenemos, donde están localizados y estamos por determinar para qué sirve cada uno de ellos, . Puede ser la destrucción misma de los seres humanos, puede ser la modificación del genoma para formar especies diferentes que no tenemos conciencia a lo que podemos llegar, pero también puede ser una herramienta preciosa, magnífica para la cura, tratamiento y prevención de las enfermedades que azotan actualmente a la especie humana. El ejemplo es el cáncer. En ese sentido estamos tratando de identificar cuáles son los genes responsables de los problemas cardiovasculares y de malformaciones congénitas, de los problemas en forma colateral, que producen el cáncer.
¿Por qué lo plantea con un sentido colateral?
Porque gran parte de las enfermedades de la especie humana dependen de un grupo de genes que actualmente están teniendo mucha vigencia y que son los encargados de controlar lo que se conoce como transformación epitelial mesenquimal (EMT), y esas células que forman capas altamente adherentes y se pegan unas a otras, que tienen polos y se transforman y se forman las células mesenquimatosas, que esencialmente son muy semejantes al cáncer.
Cuando hay la deficiencia o la malformación de la proteína o del gen que forma esa proteína, entonces en el corazón se pueden formar ausencias de tabique, defectos donde aparecen los soplos y las malformaciones congénitas o también las válvulas cardíacas son deformes y eso genera la cardiopatías, que son la principal causa de muerte y de enfermedad en la especie humana.
¿En qué plazo permitiría identificar formas de prevención o corrección de dichas malformaciones?
De hecho la parte final de una investigación como la nuestra, es llevar esa parte del conocimiento del área de investigación al lado de la cama del paciente. Que pase de la teoría o experimentación, a la utilidad práctica. Para esto utilizamos modelo de enfermedad que asemeja los problemas cardíacos. Se ha secuenciado el gen en la especie humana, sabemos en dónde está y ahora lo que hicimos en un modelo como lo es un ratón, se noquea el gen y vemos si en los embriones de ese ratón, al quitarle ese gen se reproduce la enfermedad y efectivamente observamos que aparecen problemas cardiovasculares que asemejan a los del ser humano.
Entonces...
¿Qué se requiere para poder difundir y aplicar esta información en México?
Tiene que haber una base de gente preparada tanto a nivel molecular y clínico. Desafortunadamente en México no tenemos la infraestructura ni la voluntad política para que las cosas se arreglen.
Muchas veces el científico su fruto más que el experimento mismo es la concientización de la comunidad en la que se desarrolla, de que la ciencia debe ser tomada en cuenta. Las decisiones en un país puede ser parte de la comunidad científica, en aspectos de salud, higiene y bienestar, pero los científicos somos como un capítulo aparte en el desarrollo de cualquier país porque no hay recursos, porque la ciencia no es prioridad en un país. La ciencia es como un apéndice separado del resto del cuerpo donde nadie protesta, pero que si fuera algo relacionado con el tema económico, todos protestarían.
¿La ciencia se lleva en los genes?
Yo creo que sí, es parte de nuestra constitución genómica. Mi hijo que publicó en la Revista Science, y tiene la inquietud de seguir generando conocimiento científico o combinar la ciencia con la generación de productos o medicamentos, le digo que para continuar en la ciencia, uno debe tener pasión por ella, como el músico por su música, si no hay la pasión, generalmente el científico fracasa, porque en la ciencia no hay dinero.