Puebla podría lograr un crecimiento económico mayor al 1.1 por ciento registrado en el primer trimestre de este año; sin embargo, ningún plan funcionará si se mantienen altos de niveles de incidencia delictiva y no se establece un clima de tranquilidad y estabilidad para todos los sectores de la sociedad.
Así lo explicó Anselmo Chávez Capó, investigador de la Licenciatura en Administración Financiera y Bursátil de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), quien resaltó que Puebla seguirá registrando un incremento mayor a la economía nacional, para lo cual, es fundamental que la gestión que comienza este 1 de agosto impulse políticas para incentivar las inversiones.
“Tenemos que esperar a la toma de decisiones en materia de seguridad que permitan dar la certeza de un programa económico que se pueda generar como tal. No se puede entender un programa económico so no se garantiza la seguridad”, comentó.
Después de que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer que la actividad económica de Puebla creció 1.1 por ciento en el primer trimestre de este año, ubicándose entre las 19 entidades del país que recuperaron dinamismo en su economía, Chávez Capó resaltó que las actividades primarias siguen siendo clave para el desarrollo económico de la entidad.
En entrevista, el investigador resaltó que las políticas de gobierno de Luis Miguel Barbosa comenzarán a impactar en la economía del estado hasta principios del año 2020, por ello, es fundamental reducir al máximo la curva de aprendizaje.
“Tenemos que esperar a los primeros días de gestión para ver las políticas que impulsará este nuevo gobierno que comienza en Puebla este 1 de agosto. Hemos vivido una vorágine política donde hemos tenido cuatro gobernadores en un periodo muy corto y no se han podido generar las políticas públicas adecuadas o que correspondan para que podamos avanzar. El problema que vemos en el corto plazo es que en agosto se comenzarán a ver la generación de las políticas para operacionalizarlas, por ello, será hasta enero del año 2020, cundo ya veamos los resultados de las primeras políticas”, comentó.
El gobierno actual que termina este 31 de julio fue de transición y deja los elementos para que la nueva gestión tome el destino del estado; sin embargo, el principal tema por atender son los problemas de inseguridad, destacó el investigador.
Según los “Reportes de incidencia delictiva al mes de junio 2019” del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), la incidencia delictiva del fuero común creció en Puebla 33.99 por ciento al comparar el número de casos registrados de enero a junio de 2018, periodo en el que se contabilizaron 29 mil 756, con el mismo lapso de este año en el que se presentó la suma de 39 mil 872 casos.
“El problema es que a nivel estado nos hemos convertido en un foco rojo para muchas actividades, sobre todo para el transporte. Tenemos que ver las acciones en materia de seguridad para regresar a nuestra actividad productiva. La gente venía a Puebla porque era un estado seguro y ahora la población está muy preocupada por su seguridad tanto a nivel de ciudades como a nivel rural”, explicó Chávez Capó.
La autopista México-Puebla es una de las cinco carreteras más peligrosas porque hay asaltos todos los días, situación que requiere atenderse de forma prioritaria, de lo contrario, seguirá siendo un efecto negativo a la economía y la estabilidad de las familias, advirtió.
“En la medida en que no podamos reducir la inseguridad, no podemos pensar en un plan económico para reducir la pobreza. Los inversionistas no invertirán si no hay seguridad jurídica, personal y para sus familias”, apuntó.
ARP