No hay plazo que no se cumpla y después del emotivo cierre que se le dió al Hospital General de León, ahora viene lo más difícil, aseguran comerciantes aledaños al recinto médico.
Los alrededores que solían estar llenos de actividad ahora lucen vacíos, tranquilos como cualquier otra calle del Centro Histórico en domingo.
Bertha Aguirre, empleada de una de las farmacias cercanas al lugar se dijo preocupada por perder su empleo, pues las ventas cayeron desde semanas antes del cierre del hospital y no haya forma de cambiar los números rojos a negros en su contabilidad.
"Está bien que hayan construido otro hospital más grande, no estoy en contra de eso, pero mire, no tengo ni un cliente, desde ayer está muerto, yo creo que nos vamos a tener que reubicar", dijo la empleada mientras hacía inventario del poco producto que tiene en exhibición.
Comentó que la idea era reubicar el negocio en algún local cercano al nuevo nosocomio, pero que su patrón ya fue a revisar y no hay locales cercanos, y tampoco transporte tan fluido como el que aún transita por la calle 20 de enero.
"¿Ahora a quién le vendemos si no hay enfermos a quienes surtirles su medicina? Mire, no hay movimiento hoy he vendido como 200 pesos nada más desde la entrada", expresó la empleada visiblemente preocupada.