El creador y su compañera, también actriz y escritora, dejan una gran cantidad de inéditos que verán la luz, en parte, en otoño
Como buena anarquista, Emma Cohen le dijo un buen día a Helena de Llanos que dispusiera como le diera la gana de todos aquellos papeles. “Pero, aun así, yo estoy haciendo lo que puedo”, confiesa. Lo dice tres años después de haberse encerrado con las carpetas, los cuadernos, los originales, los dibujos y la correspondencia en la casa que tanto Cohen como Fernando Fernán Gómez, su abuelo, le dejaron en herencia. Tan asombrada por los secretos que ha ido desempolvado, como aún sobrepasada por ellos.