Nos hemos vuelto una sociedad abierta a tolerar e incluso premiar comportamientos anormales. Incluso al escribir este párrafo que es totalmente descriptivo corro el riesgo de ofender. Anormal es algo que está fuera de los promedios, que no se ve frecuentemente. Un violinista prodigioso es anormal.
La mecánica de proteger a las minorías por encima del interés común está en todos lados y no siempre está mal, pero debe venir acompañada de una evaluación sincera de las motivaciones y a sabiendas de las consecuencias, no de un linchamiento público contra quienes disienten.
Por supuesto que NO se les debería atacar, criminalizar o discriminar a los homosexuales. Claro que SÍ deben de gozar de los mismos derechos que cualquier otro ciudadano. El matrimonio legalmente es una unión socioeconómica que no tiene nada que ver con el género, si moralmente te ofende la homosexualidad, defiende tu postura dentro de una asociación civil con un propósito moral porque socialmente estás equivocado. Habiendo dicho eso, el 96% de los contagios de enfermedades de transmisión sexual resultan de relaciones entre personas del mismo sexo y aún en los estimados más altos, solo 6 por ciento de la población es homosexual. El costo para el bien común es desproporcionado.
Como sociedad nos beneficiamos al asegurar que todos seamos tratados con respeto y los mismos derechos, pero hay comportamientos que no están en el mejor interés de la sociedad y ya habiéndolos normalizado, estamos entrando en el peligroso terreno de celebrarlos e incluso premiarlos. Es un solo ángulo y hay miles que considerar, desafortunadamente el no celebrar, por no decir el mencionar riesgos, costos y consecuencias, ya es visto como discriminación – cuando no lo es.
Las instituciones de salud DEBERÍAN ofrecer el servicio de aborto porque es una necesidad de bienestar y salubridad de la sociedad. Está estudiadísimo que quien decide abortar lo hará en la seguridad de un hospital o con un gancho oxidado en la calle. Es en el mejor interés de todos que se ofrezca de una manera segura y accesible. Sin embargo, como sociedad deberíamos estar en CONTRA de la práctica y activamente buscando prevenirla a toda costa. Aquí el proteccionismo minoritario es que la abogacía recurre a ejemplificar a la víctima menor de edad que fue violada por un familiar cuando, si somos honestos, sabemos que la mayoría de los abortos simplemente son embarazos no deseados. Creo que es una práctica que debe ser legalizada, pero no creo que debamos engañarnos como sociedad al respecto de lo que es.
El bullying es la manera como nuestros jóvenes buscan normalizarse como grupo. Tiene víctimas y es CRUEL. Debemos PROTEGER a quienes son diferentes sin excepción. No es necesario destruir a alguien para regular lo que la mayoría cree que es deseable, pero no le estamos haciendo ningún favor a nadie pretendiendo que no somos una especie depredadora. Nuestra evolución nos permite vivir en una armonía en la que todos los miembros de nuestra especie triunfen, pero también requiere que esa inclusión e igualdad no sea al costo del bien común.
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