Los coches eléctricos están diseñados para que cargarlos sea realmente sencillo: tan solo es necesario enchufarlos y esperar el tiempo necesario para que sus baterías estén lo suficientemente cargadas. Pero que existan distintos tipos de enchufes puede hacer que esta operación sea más complicada de lo que parece. Y aunque su uso cada vez está más extendido, lo cierto es que hasta que se generalice por completo el uso de los coches 100% eléctricos y sus puntos de recarga, poder cargar sus baterías fuera de casa puede resultar una aventura.
Distintos tipos de cables, enchufes, accesorios… Desde la web de renting de ALD Automotive, nos ayudan a conocer qué tipos de enchufes existen puede ayudar al usuario a tomar las mejores decisiones a la hora de intentar una carga en un espacio público.
-Tipo 1: Con una capacidad de carga de hasta 7,2 kW, este tipo de enchufes, también conocido como «Japonés», «Yazaki» o «JSAE» fue el primer tipo de cable en utilizarse en la recarga de vehículos eléctricos. Cuenta con cinco bornes, y soporta dos niveles de carga en corriente alterna, uno de 16 amperios para la recarga lenta y otra de hasta 80 amperios para la rápida.
Aunque a día de hoy lo continúan utilizando modelos asiáticos como la generación anterior del Nissan Leaf o el Mitsubishi iMIEV, este tipo de cable se encuentra en proceso de desaparición para ser sustituido por nuevas alternativas más rápidas y eficientes.
-Tipo 2: También es conocido como Mennekes, debido a la empresa que lo desarrolló. En este caso, cuenta con siete bornes y también con dos opciones de tipos de corriente: una monofásica a 16 amperios para recarga lenta, y una trifásica de 63 amperios para recarga rápida.
En la actualidad, este tipo de enchufe es el más utilizado y fácil de encontrar en los coches eléctricos a la venta en Europa, en marcas como BMW, Volkswagen, Audi, Mercedes o Renault, entre otros.
-Conector único combinado (CCS): Es, en estos momentos, el estándar europeo para carga rápida e intenta convertirse paulatinamente en la solución estándar tanto en Norteamérica como en Europa. También cuenta con cinco bornes, y permite los modos de recarga lenta y rápida.
Marcas como Audi, BMW, Volkswagen o Porsche, por ejemplo, lo utilizan en sus vehículos. Como principal característica, este tipo de enchufe cuenta con un mecanismo que es capaz de detener la entrega de electricidad a menos que esté conectado a un vehículo inmovilizado, para así evitar que se marche mientras continúe el proceso de carga.
-Conector CHAdeMO: Este tipo de enchufe procede de Asia y de Norteamérica, y permite una recarga rápida con corriente continua. Con 10 bornes, que lo convierten en el de mayor diámetro de los existentes en el mercado, es capaz de ofrecer hasta 200 amperios y 50 kW de potencia en corriente continua.
En la actualidad, este tipo de cable se utiliza en marcas como Nissan o Mitsubishi, pero también en otras firmas como Peugeot, Citroën o KIA.
-Conector Schuko: Son los enchufes convencionales de uso doméstico, también presente en los garajes particulares. Este tipo de toma es compatible con las normas europeas habituales, cuenta con toma de tierra y es capaz de soportar hasta 16 amperios.
Se trata de un conector con ciertas limitaciones, ya que no es posible utilizarlo para llevar a cabo cualquier carga rápida debido a su posible calentamiento, aunque está previsto que esta situación cambie. Es el que se utiliza habitualmente para la carga de bicicletas, algunas motos y coches eléctricos como el Renault Twizy.
-Commando monofásico: Es también conocido como «Commando azul», «CEE azul» o «de camping», ya que se utiliza con mucha frecuencia en autocaravanas. Básicamente, este tipo de conector no se diferencia de un Schuko, aunque es capaz de llevar entre 16 y 32 amperios de intensidad –3,6 y 7,2 kW– en lugar de los 16 amperios que limitan las capacidades del más popular.
-Commando trifásico: Conocido como «industrial rojo», «industrial trifásico» o «commando rojo», este tipo de conector es capaz de llevar más tensión e intensidad que el azul. En total, 400 V y 32 A por fase, lo que da un total de 22 kW, por ejemplo, el máximo al que puede llegar a cargarse un Renault Zoe. Es el más habitual en naves y plantas industriales.
