Para formar parte del club Ferrari ya no basta tener un coche de la casa. Un cliente ávido de formar parte del selecto club de automóviles más prestigioso del mundo deberá esperar al menos 5 años si encarga hoy mismo un "one off".
Los Special Projects de Ferrari se han convertido en una tendencia que ha animado a otros fabricantes a seguir sus pasos. Pero Ferrari siempre ha seleccionado a sus clientes por encima de sus posibilidades económicas. La marca del "cavallino rampante" no necesita vender unidades ni tener clientes con dinero: un Ferrari se conduce rampante se conduce con estilo. Por eso no se conforma con reunir a sus clientes: quiere sólo a sus mejores clientes.
Sólo 250 propietarios de Ferrari podrán ser miembros de esta división. Es, según la marca, "el último peldaño en la gama y su símbolo de máxima exclusividad". Siempre ha habido clases, hasta en la estrecha élite que reúne a los propietarios del coche más sofisticado del mundo.
Producción limitada
Ferrari P80 - Ferrari
Deteminados modelos de la casa como los one off o el Ferrari SP3JC son auténticas obras de artesanía en las que los ingenieros se vuelcan en que sus modelos cumplan las exigencias que sus propietarios esperan de la marca: desde ser un coche de circuito como el reciente Ferrari p80/ C, hasta ser una reinterpretación de un clásico de la marca como el Ferrari SP275 RW Competizione.
Ferrari es más que un coche, es un estilo de vida. A la exclusividad de todos estos modelos se suma una producción "hiperlimitada" de un máximo de tres ejemplares al año en los que la marca invertirá un mínimo de 3 años para completar cada modelo y convertirlo en un coche único.
ICONA, la segund clase
Ferrari F12 Berlinetta - Ferrari
La demanda de este tipo de modelos sigue siendo muy elevada, la casa no puede cumplir con ella y ha optado por la exclusividad. La lista de espera llega a los 5 años si el cliente encarga en este mismo instanti su adorado modelo.
Ferrari podría plantearse otra idea de negocio y mantener fieles a sus millonarios seguidores. Pero se niega. El "cavallino rampante" no es un coche que pocos se puedan pagar sino que pocos pueden tener. Sus responsables buscan, ante todo, garantizar el programa ciñéndose única y exclusivamente a esos 250 mejores clientes a los que le interesa satisfacer. Por eso rechaza todas las peticiones para fabricar un one-off.
Tampoco quiere renunciar al grueso de seguidores que engorda sus filas. Para ellos creó la división ICONA bajo un planteamento diferente.
Este "club" abre sus puertas a los amantes de sus clásicos. Es romántico pero menos exclusivo porque cada uno de los modelos incluidos en el programa son ediciones limitadas a 300 ejemplares.
De esta manera Ferrari crea una escisión, deja de dar espacio a los poderosos para dividirlos en el "summum" y en el "puedo". Para romper esta barrera ha creado un nuevo escalón previo a los one-off con coches de diseño muy diferenciado a la gama convencional. Los primeros de esta serie son los Ferrari Monza SP1 y SP2, dos coches que ya cuentan con toda la producción vendida, pero que próximamente tendrán relevo con nuevas creaciones.
