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En la moda, los ciclos son inseparables a su existencia. Los básicos, esas prendas que por unas cosas o por otras han conseguido alcanzar el estatus de clásicos atemporales, conviven con las tendencias, que aparecen y desaparecen como el Guadiana. Esto ocurre con toda la ropa, incluso con la de baño, quizá la más específica, lo que la convierte en el gran reto para la capacidad de innovación de los diseñadores por lo restringido de su uso.
Sorprendentemente, estos acaban consiguiéndolo. Es cierto que son más matices que grandes rupturas o giros hacia la vanguardia, pero las grandes firmas siempre consiguen dar una nueva narrativa a cada verano, con su propia y exclusiva identidad.
El año pasado, por ejemplo, te contamos que la vuelta a las formas sencillas y tradicionales era la pauta marcada. La bermuda a la altura del muslo o justo por encima de la rodilla fue el absoluto triunfador, mientras que otro tipo de cortes vieron su popularidad reducida drásticamente, como son los slips o los bañadores largos -estilo surfero-. Algún otro, como el bañador deportivo, el que se inspira en los pantalones cortos de los ‘runners’, directamente pasó al ostracismo.
Los estampados reinan este verano - Instagram @salvatoreferragamo
El triunfo de la bermuda clásica
Este año, la tendencia es continuista tanto en el corte como en el diseño, ya que se sigue apostando por la bermuda clásica, si bien se están retorciendo al máximo los estampados divertidos, que contrastan con la forma más tradicional del bañador. Si hay algo en este sentido que sí haya evolucionado un poco es la indefinición del largo ideal, ya que este año no hay ninguno que se imponga por mayoría sobre los demás. Podríamos decir, haciendo un simil algo surrealista e incluso disparatado, que la temporada de la ropa de baño masculina es como el panorama político español: se impone el largo clásico, a medio camino entre muslo y rodilla, pero no puede “gobernar” en solitario. Por lo tanto, en la variedad estaría la clave de este verano del 2019.
Esta lectura, en realidad, es una ventaja para aquellos hombres que tengan unos límites estilísticos amplios, de forma que les guste explorar nuevos caminos y variar e incluso combinar diferentes estilos. Si uno revisa las principales firmas no es extraño ver convivir largos tradicionales con bañadores de aire surfero en su oferta de moda baño. Ni tampoco extraña que sean vecinos de perchero un bañador liso clásico con otro de estampado hiperllamativo.
Hasta tal punto se exprimen estos últimos que el ‘tye-dye’ va a ser la estrella. No tanto por cantidad pero sí por novedad. El mercado empieza a estar un poco saturados de flores, flamencos y criaturas similares, por lo que si quieres mantenerte en la vanguardia de la ropa de baño, la corriente va por este fenómeno noventero divertido 'do ii yourself'.
Cuestión de color
La bermuda clásica sigue ganando puntos - Instagram @juanbetancourt
En cuanto al color, lo mejor que puedes hacer es preguntarle a tu piel. Que sea ella la que decida cuál es su pareja de baile ideal para ir a la playa o a la piscina. Las opciones son tan amplias como lo es la paleta de color. Pero, al igual que pasa con esta, cada tono tiene su momento y su lugar. Los más vivos, por ejemplo, generalmente suelen ir mejor con pieles morenas, por lo que destacan más a medida que avanzan las vacaciones. En cambio, no fallas en ningún momento con los colores más conservadores, que no por ello menos acertados, como el azul marino.
Por lo demás, seguirás viendo slips sesenteros para alegría de Dolce&Gabbana, y también bermudas excesivamente cortas, típicas de los futbolistas -con Cristiano Ronaldo a la cabeza-. Pero no te dejes llevar por ello porque es tu ojo el que te está engañando. Ni son tendencia ni sientan tan bien como parecen.
Por cierto, a modo de conclusión, un recordatorio: tan importante es el bañador como sus acompañantes en clave textil. Sabemos que las camisetas estampadas están a la orden del día pero, tanto si te has decantado por un bañador de este estilo como por uno básico, no te olvides de los clásicos para combinarlo: la camiseta lisa, el polo o la camisa. Si lo que quieres es innovar, este verano puedes hacerlo con el gorro de pescador, que está de vuelta casi dos décadas después.