La única vez que una selección nacional había doblegado a la cubana consecutivamente, fue con los blanqueos de Julio Juárez y Porfirio Altamirano en 1972 y 1976, en las llamadas Series Mundiales que se realizaron desde 1938. Durante 4 años, por la división del beisbol amateur, Cuba y Nicaragua no se vieron las caras, una rareza en cualquier época. Así que nunca había ocurrido tan rápidamente como sábado y domingo, lo que ocurrió este fin de semana con un casi No Hitter de 4-1 y la victoria por 4-3 en Matagalpa, después del empate 1-1 en el primer juego efectuado en León el viernes.
Producto de un torneo tan discreto como es “El Pomares”, la selección pinolera no parecía ser confiable de frente a los Panamericanos de Lima en unos días. Se suponía que el equipo cubano, por sus antecedentes, sería un rival extremadamente exigente. Aún después de la apertura a los peloteros profesionales en la reunión de Laussana, Cuba ganó contra vientos y mareas los Panamericanos de Winnipeg en 1999, fue finalista del primer Clásico Mundial y logró una coronación inesperada en Series del Caribe. Así que los cubanos, no se sentían mal.
Sin embargo, poco a poco, su beisbol fue perdiendo nivel competitivo, hasta llegar a este enano que estamos viendo. No pretendo subestimar lo más importante que nos dejan estos juegos, y es el reconocimiento al accionar de nuestros jugadores, estimulando al público y al periodismo.
Este Cuba, sin algunas figuras como Yurisbel Gracial, Despaigne, Roel Santos y Manduley, que deben incorporarse urgentemente, venía de perder tres de cuatro juegos con universitarios de Estados Unidos, que tienen largos años de no formar parte de las selecciones de ese país, y ahora pierde dos de tres aquí, sometido por un picheo que contra ellos ha lucido lo necesariamente enérgico para pensar en poderle batallar a cualquier rival, y buscar el primer triunfo contra Cuba desde 1935, en la historia de ese evento.¿Ha dejado de ser el picheo un dolor de cabeza para el mánager Sánchez? No sé cuántos equipos mejores que este Cuba empequeñecido veremos en Lima, pero si los antillanos pretenden otra medalla de oro, los nicas, sin tiempo ni recursos para más fogueos, podrían estar entre los aspirantes a medallas, recordando que hemos conseguido dos de plata.
Las dos arremetidas
En Matagalpa, Cuba dio la impresión de haberse galvanizado atacando con dos carreras al joven abridor zurdo Elías Gutiérrez en el propio levante de telón, con cohete impulsador de Vizcaino y un pasbol. Atrás 0-2, los pinoleros reaccionaron en el cierre del segundo inning contra Yosimar Cousin, con hit del incansable Jilton, triple productor del entusiasta Benjamín Alegría, y hit dentro del cuadro de Norlando Valle, estableciendo el 2-2 tranquilizante.
En el tercero, el bateo nica explotó a Coussin entrando Wilson Paredes y tomó ventaja por 4-2, finalmente imborrable. Hit de Vásquez, doble de Ofilio y otro extravases de Jilton Calderón, le dieron forma a esas dos carreras, que cerraron nuestra producción, mientras Cuba agregaba su tercera carrera en el cuarto episodio, lanzando Ronald Medrano, desprovisto de seguridad. Berman Espinoza, Elvin García y Jesús Garrido continuaron el apriete de tuercas en la victoria por 4-3 que deja a los aturdidos cubanos al borde de la barrida. Si todo lo visto es cierto como decíamos este sábado, tenemos un equipo de nivel competitivo para fajarse en los Panamericanos de Lima. Los seriamente preocupados, son los cubanos, raramente con un beisbol enano.