Si no estuviera en juego algo tan importante como la integridad y continuidad de España, sería para troncharse de risa. Sánchez y Casado, o el PSOE y el PP, están teniendo graves problemas con sus hijos, o hijastros, aunque no les llevan muchos años. Podemos fue el vástago contestatario de una izquierda incapaz de ver y afrontar la gran crisis de 2008, como Ciudadanos lo fue de la frustración con una derecha que había cedido Cataluña al hambre depredadora del secesionismo. Ambos se presentaron como los remedios de tanta inutilidad y corrupción, de ahí su éxito inicial, que llegó a amenazar el liderato de los dos grandes, hasta que se comprobó que sólo eran sus copias, con más ambición que...
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